Jesús se alegra al oír: ¡Heme aquí! envíame a mi.
Este es un día muy especial donde vuelvo a decir con emoción: HEME AQUÍ, ENVÍAME A MI Estoy aquí en el velero, navegando por el mar de la vida en este nuevo día. Un día, en lo personal, muy especial y particular. Mirando por la ventana puedo ver el cielo como enlutado, abrigado con un poncho de nubes grises. El viento sopla. Las olas del mar vienen furiosas, golpean contra la embarcación, nos sacuden, pero estamos en pie, seguros porque este velero pertenece al único Capitán que tiene poder para controlar el viento y el mar. Tal vez parezca una contradicción lo que voy a decir, pero en esta ocasión voy por la vida con tristeza y con alegría. Navego con gozo pero al mismo tiempo con profunda melancolía... y si... son las cosas de esta vida. Hoy es 3 de Enero de 2024 Mientras navego escribo esta Bitácora que es como el diario de navegación. Soy un marinero que navega SEGURO rumbo al cielo, pero antes que alguien piense que lo digo por fanfarrón o por orgulloso, quiero explicar por qué t