No te rindas. Espera y confía.
“Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.” (Juan 13:7) Mi querido marinero, nunca abandones los remos, aunque el viento contrario sea extremo. No abandones tu misión, aunque sea difícil la situación. Tal vez, más de una vez, se te escape el pez, pero no dejes de tirar la red. Sigue avanzando por fe. Nunca te olvides que vamos a fracasar en más de una ocasión, a pesar de tener la mejor intención, pero no por eso debemos dejar de intentar con la misma pasión. Si estás en medio del dolor piensa en Job, en José, en Daniel y tantos más que por fe soportaron la adversidad. Luego atrévete a decir: «Señor, confío en ti. Lo que estoy viviendo me desconcierta. No lo entiendo. No veo salida. No veo solución. No me agrada esta situación, pero seguiré confiando que tienes todo bajo control.» A menudo, lo que para nosotros no tiene ningún sentido, para Dios tienen un buen motivo. Incluso aquello que para nosotros se ve muy mal, Dios en su