Esperando la alborada, mirando la noche estrellada: Una travesía con el Buen Capitán

 

Esperando la alborada, mirando la noche estrellada: Una travesía con el Buen Capitán

"Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."
1 Juan 2:17


Hola, bienvenido o bienvenida a bordo!! ⛵️✨

Hoy es un nuevo día, y sigo leyendo la primera carta de Juan.

Los que han navegado en altamar saben que durante la noche más oscura, el cielo se ilumina con una hermosura que es única. 

En la profunda oscuridad, las estrellas brillan con una mayor claridad. Es sorprendente observar como el cielo puede guiar al navegante a través de la inmensidad.

De manera similar, en las noches más oscuras de esta vida pasajera, tenemos la oportunidad de elevar la mirada y recordar que hay Alguien que gobierna desde lo alto. Su luz eterna trasciende las sombras temporales.

Pronto llegará la madrugada con la luz más pura: un nuevo día, donde ya no habrá más llanto, no habrá temor ni oscuridad. 

Como dice Apocalipsis 21:4

"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron."

Apocalipsis 21:4

Las palabras de Juan resuenan con esta verdad inalterable: 

"El mundo pasa, y sus deseos..."

Si, mi querido marinero, así como las olas que golpean el casco de nuestra embarcación, los placeres y las atracciones de este mundo son pasajeros, efímeros como la neblina que se disipa con el sol naciente.

¡Es tan corta la vida! Lo que ahora tanto amamos, los logros, los aplausos, los reconocimientos virtuales que tanto anhelamos, pronto desaparecerán, así como se van la granos de arena entre los dedos de una mano.

Tomemos conciencia de esta realidad: 

El mundo, con sus luces de colores, sus sabores tentadores, sus deseos seductores, puede desaparecer en un solo instante, así como ocurre con un barco que se hunde en una tormenta inesperada.

Como bien dijo Salomón:

"Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; todo es vanidad."
Eclesiastés 1:2

Considerando está situación inevitable, aquí te dejo la pregunta más importante de todas:

¿A dónde llegarás cuando termines de navegar por este mar de la vida?

Todos estamos en el mismo mar, solo que algunos van a la deriva, sin rumbo, sin dirección clara, navegando sin consultar el MAPA divino que Dios nos ha dado, sin prestar atención a la BRÚJULA de la verdad, sin echar el ANCLA de la fe cuando los vientos contrarios soplan con fuerza.

Pero hay otros que navegan con el Buen Capitán, Aquel que conoce las aguas profundas y domina las tormentas más feroces.

Con Jesús al timón, hay seguridad y esperanza, incluso cuando la noche es larga y el mar se vuelve amenazante.
Su guía es firme, Su amor es incondicional, y Su destino final es el Puerto Seguro y eterno.

Jesús nos recuerda esta verdad eterna:

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."
Mateo 24:35

Amigo navegante, considera hoy el rumbo que estás siguiendo.

¿Estás a la deriva, confiando en los deseos fugaces del mundo, o has decidido unirte a la tripulación del Buen Capitán?

La eternidad será de una profunda y tenebrosa oscuridad para los que hoy navegan sin Dios.

Ahora es el momento de elegir seguir al Capitán. Elegir quien será nuestro guía en esta vida es lo que determinará nuestro destino eterno.

No permitas que las luces brillantes y los placeres pasajeros te desvíen del rumbo que conduce a la Luz verdadera y perdurable.

Gracias por acompañarme en esta reflexión.
Si este mensaje habló a tu corazón, te invito a sumarte a esta travesía.

Acompáñame y leamos juntos la Biblia, reflexionando en un versículo por día.

Suscríbete a mi canal en Youtube: La Perla del Navegante, visita el blog Aliento en Alta Mar y deja tu comentario.

Me encantaría saber cómo estás navegando tú por esta vida.

Soy Gerwuer, y si Dios lo permite, nos volveremos a encontrar en el próximo mensaje.

Hasta entonces…
¡Sigamos escuchando la voz del Buen Capitán!

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