Persistencia y Propósito. La importancia de la constancia y el compromiso.
Para no ser arrastrados por la corriente del tiempo presente debemos ser persistentes y remar la Biblia diariamente.
⛅🌡️11°🚣♂️
REMAR LA BIBLIA
día 06
Persistencia y Propósito.
La importancia de la constancia y el compromiso.
¿Por qué es importante que tengamos un propósito y que seamos persistentes en esto de leer la Biblia diariamente?
La respuesta está al final, primero salgamos a Remar... 🚣♂️👉📖
Sigo remando, sigo avanzando. Los dos remos ya estoy usando y de la orilla me voy alejando.
Antes de salir a remar, como vengo diciendo, primero tenemos que hacer la entrada en calor.
Me inclino para orar 🛐 y luego me estiro para adorar 🙌
¿Lo estas aplicando?
Oremos 🛐
Amado Padre Celestial, aquí estoy buscando llenar mi mente con tu Palabra. Quiero remar entre las páginas de la Biblia y conocerte más cada día.
Te pido que ilumines mi entendimiento y que me ayudes a mantenerme enfocado en tu libro amado.
En el nombre de Jesús.
Amén.
Adoremos 🙌
Te alabo Señor, Dios creador, porque solo tú eres bueno. Te alabo porque para siempre es tu misericordia. Tú eres el único que hace maravillas. Si Señor, hoy te alabo y te adoro.
(Ver Salmo 136)
Hoy es un día especial para enfocarme en esto de remar la Biblia. Es el sexto día y muchas cosas han sucedido en la primera semana. Es mejor repasar leyendo con atención para no olvidar la lección.
¿Tienes listos los dos remos?
Entonces comencemos
Remo 1 - Antiguo Testamento
Génesis 1
(Leemos el capítulo completo pero sin las divisiones por versículos)
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo, de la expansión, de las aguas que estaban sobre, la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo, de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo:, Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os, he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
(Génesis 1:1-31)
Remo 2 - Nuevo Testamento
Juan 1:1-31
(Leemos todo el texto sin las divisiones por versículos)
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
(Juan 1:1-31)
La corriente es persistente
Es muy fuerte la corriente actual de la vida en este mar que me quiere arrastrar por el camino del mal, por eso, no me quiero detener, no quiero dejar de remar. Me quiero enfocar en lo principal que es lo celestial.
Si quiero que la Biblia sea la que impulse y dirija mi manera de pensar, necesito esforzarme y continuar. Debo seguir remando día tras día entre sus página, buscando la sabiduría que viene de arriba, de lo contrario la corriente me arrastrará y en el error me mantendrá.
Soy consciente que la corriente del tiempo presente me quiere llevar en otra dirección y tristemente son muchos los que actualmente le están dando a la Biblia otra interpretación.
Me duele ver a mi alrededor que muchos no creen en la inspiración de toda la Escritura Sagrada y le quitan valor a lo que ha dicho el Señor.
Mientras remo y navego, puedo ver que se levantan miles de carteles para llamar mi atención, son mensajes atractivos con luces de neón que intentan desviar mi corazón impulsándome a remar en otra dirección.
En estos días en la tierra hay tantas cosas por hacer, tanto para ver, tanto para leer, tanto para escuchar, que si no me esfuerzo dejaré de remar y no me alejaré de la orilla para estar a solas con mi Buen Capitán.
Debemos tener un propósito muy claro si es que queremos mantener la rutina de Remar La Biblia cada día.
¿Por qué es importante que tengamos un propósito y que seamos persistentes en esto de leer la Biblia diariamente?
Es importante porque, el tiempo presente, está lleno de una inteligencia artificial que, con sus múltiples errores, altera y oculta toda la verdad. Debemos estar atentos porque esta no es la Inteligencia Espiritual que dio origen a toda la humanidad.
Es fundamental que renovemos nuestra manera de pensar con lo que dice la Biblia, y no nos dejemos arrastrar por lo que pueda decir la sociedad maligna.
Por otra parte, tener un propósito claro es importante porque nos ayuda a seguir adelante. Si no sabemos por qué hacemos algo entonces, ante la menor dificultad lo abandonamos.
¿Cuál es la meta? ¿Cuál es el objetivo que perseguimos al leer La Biblia?
La Meta es que Cristo sea formado en nosotros, teniendo en mente lo que dijo Pablo:
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
(Efesios 4:13-14)
La Palabra se encarga de transformarnos a la imagen del Señor y el Espíritu Santo, además utiliza y capacita a otros hermanos para ayudarnos a entender mejor.
Podríamos comparar a La Biblia con el martillo y el cincel, las herramientas que usa el buen carpintero para quitar todo lo que no se ajusta al modelo fiel y verdadero.
Si has leído hasta aquí te agradezco de verdad por el tiempo que estás dedicando a Remar La Biblia.
Tal vez quieras invitar a otros para que se unan y rememos juntos.
Me encantaría leer tu comentario y saber que me estás acompañando en esta rutina. En todo momento espero que encuentres bendición y edificación para tu vida.
Abrazo fuerte 🫂
Gerwuer ⛵️
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