Viernes de espanto. Una pesadilla que se vuelve realidad.


En esta mañana me he levantado para estar a solas con Jesús mi Capitán y recordar todo lo que Él ha sufrido por los pecados que hemos cometido. ¿Me quieres acompañar?

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Freitag (Viernes)

☁️🌡️11°⛵️


Me he levantado temprano y he buscado a mi Salvador amado porque quiero estar a su lado, abrazado a su costado. Lo quiero adorar y exaltar por su gracia y su amor sin igual.


Sigo navegando la vida en este mar con sus luchas y sacudidas que no dejan de llegar. Nunca sé con lo que me puedo encontrar.

Miro por la ventana y puedo ver las nubes negras, muy oscuras que nos rodean. La densa niebla nos obliga a navegar despacio. Un silencio aterrador y un frío de muerte es todo lo que se siente en este viernes de espanto.


Mientras avanzamos, puedo escuchar el golpe de las olas en el casco del velero y el aullido del viento que da miedo. No puedo ver lo que vendrá, solo puedo creer que el Capitán no nos dejará.


Durante la noche el cuerpo descansa pero la mente sigue trabajando y de manera misteriosa se van creando imágenes y sueños que algunas veces no son muy buenos.


No sé si te ha pasado que te has quedado profundamente dormido y has comenzado a soñar con algo terrible, algo espantoso, una escena de terror... una terrible pesadilla. De pronto te despiertas con el corazón agitado, comienzas a llorar asustado y no te quieres volver a dormir porque no quieres que se repita lo que acabas de vivir.


Lo peor que nos puede pasar es despertar y ver que la pesadilla que soñamos se vuelve una realidad.


Hoy es un viernes de espanto. Hoy es un viernes aterrador. No puedo dejar de pensar que hace mucho tiempo atrás, en un viernes como el de hoy, todos abandonaron a Jesús el Salvador.


Mi mente se traslada a la noche en el huerto, cuando todos se quedaron dormidos... incluido Pedro, por cierto.


Yo sé bien lo que es quedarse dormido cuando deberías estar bien atento... He pasado por esos momentos en los que tienes las manos puestas en el timón, debes vigilar el rumbo de la embarcación, pero te quedas dormido... Luchas, te esfuerzas, intentas mantener la mente despierta, no quieres desviarte, pero el cansancio te supera.


Pedro, aquella noche, se durmió... no pudo velar y orar como Jesús le pidió, aunque seguramente lo intentó. Es verdad que Pedro se quedó tan dormido, en todos los sentidos, que terminó por hacer lo que nunca jamás creyó que podía suceder. Se podría afirmar que, mientras Pedro estuvo dormido, tuvo una terrible pesadilla, pero cuando despertó se dió cuenta que en verdad fue lo que vivió.


Recordemos que, en el Jueves de espanto, cuando todos estaban cenando en el aposento alto, Pedro afirmó que jamás abandonaría al Señor.


En aquella cena Jesús les dijo a sus discípulos algo así:


Esta noche todos ustedes se van a espantar, se van a escandalizar de mí; porque así escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán.

(Mateo 26:31)


En ese momento Pedro saltó diciendo con toda seguridad unas palabras como estas:


“A mi no Señor. Te aseguro que no. Eso no me va a pasar. Yo no, yo jamás, yo no te voy a defraudar. Soy un amigo de fierro. Aunque todos los demás se espanten, yo no me voy a espantar, te lo aseguro Señor, yo no te voy a dejar.” (Lo puedes leer en Mateo 26:31 al 35)


Tal era la confianza que Pedro tenía en su propia fuerza, su consagración y su amor al Señor que se atrevió a decir con fervor: 


“Aun si me fuera necesario morir contigo, no te negaré. También todos los demás dijeron lo mismo.”

(Marcos 14:29-31)


Pero las horas pasaron. El vino y la comida de la última cena hicieron su efecto y todos en el huerto fueron incapaces de permanecer despiertos. Tan solo Jesús se mantuvo orando, velando muy atento. Cuidando de sus débiles ovejas hasta último momento.


A la madrugada, como era sabido, el gallo tres veces cantó y fue allí donde Pedro se despertó.... Ufff ¡Qué susto se llevó!


Me imagino que se preguntó... ¿¡Qué hice...!? Acabo de negar al Maestro...¿Estaba soñando o estaba despierto? 


Aquel viernes de espanto Pedro lloró y lloró... no podía entender lo que pasó... ¿Cómo pude negar al Señor?


¿Por qué a mí Señor, por qué yo? ¿Por qué te fallé? ¿Por qué te negué? ¿Por qué te traicioné?


¿Qué significa la palabra Traición?

Cometer traición es ser desleal, es defraudar, es faltar a un compromiso asumido. El que nos traiciona, nos falla y nos decepciona.


No te confundas. Pedro no era mejor que Judas... Pedro también cometió traición. La única diferencia está en que Pedro no fue y se ahorcó... Pedro se humilló, lloró desconsoladamente, se arrepintió y el Señor lo perdonó y lo restauró.


Pedro y todos los demás, junto con Judas, en cierta medida cometieron una traición, pues dejaron solo al Señor.


Este no es un viernes Santo, este es un viernes de espanto. Jesús, el hijo de Dios, fue traicionado por aquellos que tanto había amado, fue entregado, fue juzgado, condenado, azotado, avergonzado, crucificado. Un soldado le atravesó con una lanza su costado y como si todo esto fuera poco, hasta su Padre en el cielo se mantuvo callado... ¡Qué espanto!


El Cordero quedó completamente desamparado, derramando su sangre para el perdón de nuestros pecados. Lo maravilloso es que no hubo rencor ni enojo de parte del Señor, tan solo hubo amor. Poco antes de morir a Jesús se lo escucho decir:  “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”


Algo que no deja de asombrarme es pensar que Isaias, 700 años antes de este viernes de espanto, escribió las siguientes palabras como si estuviera pintando un cuadro.


“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Dios cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Dios quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Dios será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

(Isaías 53:6-11)


Isaías escribió el capítulo 53 de su libro mirando al porvenir, creyendo en lo que estaba por ocurrir. Es como si hubiera visto al Cordero colgado en el madero. Por mi parte, en este viernes de espanto, yo miro hacia el pasado y vuelvo a mirar al Cordero ensangrentado muriendo para salvar al hombre de su pecado.


Hoy se cumplen 2024 años de la fecha en que Jesús murió Crucificado y todavía son muchos los que lo siguen despreciando. 


¿En que lugar te encuentras tú? ¿Desde que posición hoy miras hacia la cruz? ¿Navegas cada día en pos de Jesús o te alejas más y más  de su luz?


Tal vez todavía sigues muy dormido. Sigues perdido, sigues navegando a la deriva por esta vida sin encontrar el Camino.


Espero que hoy puedas escuchar el gallo y despertar de tu sueño para reconocer que te estás perdiendo.


Si eres un peregrino en el buen Camino, si en verdad sigues a Cristo, entonces hoy acércate a la Cruz y dale gracias a Jesús por perdonar tus pecados. Mira al SALVADOR y dale tu sincera adoración.


Te abrazo fuerte 🫂 deseando que nuestro amor al Señor este siempre presente.


Gerwuer 📖🌬️⛵️

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