Ecos de La Despedida en el Rocío de la mañana. Su Voz me calma el alma.
Marinero, no te olvides de las Preciosas Palabras que en su despedida nos dejó el Capitán. El nos aseguró que un día nos volvería a buscar. Tan solo espera, confía y lo verás regresar.
Gerwuer ⛵️
Samstag (Sábado)
⛅🌡️7°⛵️
¡¡Ahhh... El Mar...!!
¡¡Qué hermoso es el Mar...!!
Fuuu... Respiro y suspiro... mirando hacia adelante... sigo y sigo y sigo... ¿Qué más da...? Si hay que seguir remando por la vida un día más.
Es un placer poder levantarme bien temprano, antes que se pueda ver el Sol nacer.
Hoy quiero animarte a escuchar conmigo el eco de La Despedida de la persona más querida. Son las bellas palabras que me animan al navegar. Lee toda la Bitácora hasta el final.
Me gusta venir a la Proa del Velero y mirar a la distancia. Sentir la brisa fresca del nuevo día y pasar un tiempo a solas hablando con el Capitán es algo que me despierta y me da energía para continuar navegando por este mar de la vida.
Todo está oscuro a mi alrededor... Si... ¡Muy oscuro todavía!...
Sigo pensando en la partida de mi tía. Por ella, muchas lágrimas han derramado todos sus seres amados. ¡Es tan triste la despedida! sobre todo para los que seguimos con vida.
Ayer pensaba en una canción, una sevillana andaluza interpretada por Ecos del Rocío, un grupo de cuatro amigos españoles, que, como ellos mismo dicen..
“Son cuatro espigas de trigo
Son cuatro golpes de mar.
Dos hermanos, cuatro amigos,
que nacieron pa cantar
en un pueblo campesino
a la verita del mar.”
Quisiera compartir unas estrofas de su canción que habla de La Despedida y dice así:
La Despedida
Compositor: Miguel Moyares
Ecos del Rocío.
“¡Cómo me duele en el alma, tener que decir adiós! ¡Cómo me duele en el alma, tener que decir adiós! ... Me duele, me duele, me duele en el corazón.
Tengo un nudo en la garganta de sentimiento y dolor, de sentimiento y dolor... Cómo me duele en el alma tener que decir adios.
Aunque me vaya muy lejos, aunque me tenga que ir, aunque me tenga que ir, el corazón te lo dejo, te lo dejo para ti.”
La canción sigue... pero yo me quedo con este pensamiento sobre la despedida...
Todos un día nos tendremos que marchar, dejaremos de navegar por este mar.
Si has prestado atención a la letra de la canción verás que, es la misma persona que se despide la que está diciendo: ¡Cómo me duele en el alma tener que decir adiós! Ella dice... me tengo que ir muy lejos, pero el corazón te lo dejo...
Cómo ya mencioné en la Bitácora de ayer... ¡Qué duro es tener que despedirse de los seres que uno ama!
¡Qué duro es tener que decir adiós!. Despedir a un ser amado. Ver que su pequeña barca de madera se aleja y cruza hacia el otro lado es algo que nos deja con el corazón destrozado.
Pero, como dije ayer, si sabemos que la persona que se ha marchado al otro lado era una cristiana genuina, era una fiel seguidora del Señor, que amaba la Biblia y la leía con devoción, entonces podemos tener tranquilidad porque sabemos que esa persona realmente ahora descansa en Paz.
Hablando de decir adiós, quisiera compartir unas palabras de Jesús... Son cosas profundas que dijo el Señor y las quiero repetir porque las dijo en el contexto de su propia despedida:
Poco antes de partir, Jesús habló y les dijo a sus discípulos:
“Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quédense aquí, y velen conmigo.”
(Mateo 26:38)
Es como si les dijera:
“Me tengo que ir... cómo me duele en el alma tener que decir adios... si... me duele decir adiós, pero me tengo que ir... por favor vengan y oren conmigo...”
En otro conocido pasaje, el Señor también habló de su último viaje y quiero compartir sus palabras. Aclaro que cambié un poco el lenguaje pero sin alterar el mensaje:
Jesús les dijo a sus discípulos:
“Que no se les turbe el corazón; ustedes creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si esto no fuera verdad, ya se los hubiera dicho; sepan entonces que me voy, pero me voy para preparar un lugar para todos ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, quiere decir que regresaré, vendré otra vez, los buscaré y los tomaré para mí mismo, para que donde yo estoy, ustedes también esten conmigo. Y saben a dónde voy, y conocen el camino.
Entonces, Tomás le dijo: Señor, no sabemos a dónde vas... ¿Cómo, pues, podemos saber el camino?
Jesús le respondió: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
(Juan 14:1-6)
Ahora detente y piensa... ¿Estás siguiendo a Jesús por este Camino que Él mismo indicó?... ¿Eres un cristiano auténtico? ¿Has nacido de nuevo? ¿Amas la Biblia y la lees cada día? ¿Navegas realmente con Dios?
Ayer, mientras estaba pensando en mi tía Elsa, que ha terminado su recorrido, no me resistí y dejé volar mi imaginación... por un momento pensé que ella me hablaba y me decía adiós con la letra de la canción...
Imagínate conmigo que la escuchas decir:
“Hay sobrino...
¡Cómo me duele en el alma, tener que decir adiós! ¡Cómo me duele en el alma, tener que decir adiós! ...
Esta es la realidad... mi viaje se ha terminado, pero mi recuerdo por siempre estará a tu lado.
Aunque me vaya muy lejos el corazón te lo dejo, el corazón te lo dejo y junto con el corazón también te dejo los buenos recuerdos de aquellos momentos compartidos a lo largo de mi recorrido.”
Me imagino, además, que la tía me deja un mensaje para compartir con todos los que todavía seguimos en este viaje:
“Sobrino, quisiera dejar este mensaje especial para compartir con los que han quedado de este lado... diles esto por favor:
Recuerden que al partir en este último viaje no se puede llevar ningún equipaje. Todo lo que han escuchado sobre la eternidad y el cielo es verdadero, y les advierto que deben estar bien preparados porque todos ustedes también, tarde o temprano, de esta vida se marcharán. Es verdad que todos nos vamos por el mismo camino en el que todo el tiempo hemos andado. Si has creído de verdad o si has dudado, lo sabrás cuando ya estés junto a mi, de este otro lado.
Si tu vida la has pasado navegando sin Dios, si has disfrutado de los placeres y los tesoros terrenales, pero te has olvidado de buscar las perlas celestiales, si has ignorado a Jesús, debo decirte que ahora aquí ya no hay solución... lo siento pero es tarde para cambiar de rumbo. Lamento tener que anunciar que ya no se puede encontrar salvación si te has marchado del mundo sin tener a Jesús en tu interior. Por eso te lo quiero decir ahora que todavía estás navegando por la vida.
Sobrino querido aquí me despido, espero que mi familia, mis hijos, mis amigos y todos los conocidos puedan entender esto que a través tuyo les digo:
¡Cómo me duele en el alma, tener que decir adiós! ... ¡Cómo me duele en el alma tener que decir adiós!...”
Adiós mi querida tía Elsa. Adiós... Adiós...
Me pongo a pensar que hoy todavía estoy aquí... por eso le doy las gracias al Señor, que me permite vivir, me permite leer su Palabra, y me permite escribir. Todo es por su gracia y su gran misericordia que se renueva cada mañana y me ayuda a seguir.
Querido amigo, querido hermano, querida hermana, querido navegante que ahora estás leyendo la Bitácora... déjame decirte que, vivir un día más es tan solo una gracia que debes apreciar. Es un don que recibes del Creador.
Si hoy estas vivo no pierdas la oportunidad de buscar al Señor. Busca al Capitán, vuelve tu rostro hacia Dios. Dale gracias de corazón.
Por favor, si todavía no le conoces, si sabes que estás perdido, pídele ayuda, pídele que te salve antes de terminar el recorrido. Pídele perdón, acepta a Jesús como tú Salvador.
Hoy mantengo mis ojos fijos en el porvenir... sabiendo que pronto, el Sol de Justicia volverá a venir. Lo veremos brillar, resplandeciente, glorioso, y con su calor secará todas las lágrimas que la noche nos causó. Es que, en la noche oscura de esta vida, se sufre, si... realmente se sufre y a veces sin medida, pero los que navegamos en este Velero ya sabemos que con la llegada del nuevo día vendrá una gran alegría y nos volveremos a ver con todos los que en Jesús han llegado a creer.
Me he levantado temprano para buscar al Capitán... Me hace bien reflexionar. Es triste ver que muchos Marineros en la vida siguen dormidos y desprevenidos. Es muy duro también saber que hay muchos náufragos perdidos que no quieren ser salvados, no temen el peligro y no escuchan lo que les digo.
¿Has considerado la Bitácora de estos últimos días? ¿Te has detenido a leer bien y meditar?
Hace poco mencioné que Dios es un refugio seguro en la tormenta y creo que no hay peor tempestad que la que enfrentamos al momento de ver partir a un ser amado o cuando llega la hora en que nosotros mismos nos vamos.
No te olvides de aplicar todo lo que ya he mencionado y recuerda que:
“Experimentas calma en la tormenta no al saber que Dios es el refugio seguro en los problemas, sino al correr hacia Él y permanecer bajo Su protección.”
DIOS ES REFUGIO EN EL DOLOR.
DIOS ES AMPARO SEGURO EN LA TORMENTA. 👈 Vuelve a leer lo anterior, pero por favor aplica la lección... Corre ahora hacia Dios y mantente bajo su poderosa protección. No te quedes parado lejos del único Refugio que te mantendrá a salvo.
Abrazo fuerte en este momento. No sé si te encuentras en tormento, pero sin duda que viene bien un fuerte abrazo en estos tiempos.
Espero que a tiempo sigas a Jesús y entonces sin dudar, cuando llegue el dia final nos volveremos a encontrar.
Gerwuer ⛵️
Soy E L … me encanto la bitácora de hoy aplicastes la letra de unos pausamos míos a la despedida esto es la realidad roguemos a Dios que aumente nuestra fe para no olvidarlo muchas gracias marinero que el Señor te bendiga 🙏
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