¿Cómo puedo entrar al cielo? Debes tener el Testimonio de haber agradado a Dios.


Una sola vida tenemos para recorrer y luego nos vamos para nunca más  volver. Ahora es el tiempo de creer porque luego ya no hay nada más que se pueda hacer. Dime, mi querido amigo, si tienes el testimonio de haber creído en Jesús el Cristo.

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Dienstag (Martes)

☁️🌡️7°⛵️


Saludos para ti, mi querido amigo y mi querida amiga, que me acompañas día tras día en esta travesía. 


Bienvenidos sean los nuevos Visitantes. Soy Gerwuer el Navegante... un marinero más en el antiguo Velero que se dirige al cielo.


Solo por gracia divina sigo navegando por este mar de la vida. Comienzo a recorrer un nuevo día, pero antes de continuar me detengo un momento para hablar con el Capitán:


Oh, mi querido Capitán, sea cual sea la situación por la que deba pasar en este mar de la vida, yo sé que no me dejarás. Contigo nunca voy a naufragar. Ayúdame a continuar con la mirada puesta en tí, aunque todo se vea tan mal por aquí.

Aunque vengan tormentas y ciclones, te quiero amar y adorar igual. En la alegría o en el dolor, aún en la desesperación que me pueda provocar el perder algo de mucho valor, te quiero dar, Señor, toda mi adoración. 

Bendito seas Dios, si Bendito seas mi Señor. Bendito seas tú en toda situación, en medio de la aflicción... Bendito seas Señor. 


En el nombre de Jesús.

Amén 


Sigo pensando en Delia Gava, la esposas de Juan, ese querido Marinero o Misionero que me mostró el Camino al Cielo.


En la Bitacora de ayer mencioné que Delia se despidió de esta vida. Ella subió a la barca de madera y marchó muy segura hacia la otra ribera donde Jesús, nuestro buen Capitán, la espera.


Sé muy bien el dolor que se siente cuando nos toca despedir a esa gente que tanto amamos. Hay otros que se han marchado en estos días pasados y muchos han quedado con el corazón destrozado. 


Los que hemos conocido a Delia, sabemos que ahora está con Dios, porque ella en su vida creyó en Jesús como Salvador. Le entregó su vida y de corazón le siguió.


Delia, en vida, tuvo EL TESTIMONIO de haber agradado a Dios. 


“El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

(1 Juan 5:10-12)


¿Te has detenido a pensar que tu vida hoy también podría terminar?

¿Tienes el TESTIMONIO de haber agradado a Dios?

Cuando pasan estas cosas, y me refiero al momento de ver partir a un ser querido, es inevitable pensar ¿Qué pasará luego conmigo? ¿Donde iré? ¿Entraré al cielo?

¿Cómo puedo saber si en realidad he agradado a Dios?


Bueno, la Biblia es muy clara al respecto. SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS. Así lo dice el escritor de la carta a los Hebreos:


“...sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

(Hebreos 11:6)


Galardonar es premiar, es recompensar. Imagínate a un corredor de maratón que llega a la meta final y recibe una medalla, recibe los aplausos y los abrazos de mucha gente. 


En este caso, es importante resaltar que:


El creyente es Galardonado en el cielo, pero este premio de la salvación no se alcanza por lo bien que ha corrido. No se trata de ser un corredor que jamás se ha caído, ni se trata de llegar primero, se trata solamente de ser un creyente genuino, y verdadero.


La salvación es por fe. Solo puedes agradar a Dios si puedes creer en Jesús como Salvador. Si lo recibes con fe en el corazón. Si a Dios te acercas confesando tus pecados, pidiendo perdón, invocando a Jesús como tú unico mediador.


¿Qué es la fe?

Bueno, esto también lo dice el escritor de la carta a los Hebreos:


“La fe es, pues, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos que el universo ha sido formado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

(Hebreos 11:1-3)


Si no puedes creer en lo que dice La Biblia, si no eres capaz de aceptar algo tan fundamental como el hecho de que Dios ha creado todo el universo en seis días, y que todas las cosas existen por el Verbo, es decir por la Palabra. Si no puedes creer que Jesús nació de una jovencita que era virgen. Si te parece imposible lo que el Evangelio dice, que Jesús murió crucificado y que al tercer día resucitó luego de estar sepultado, si no tienes fe en estas cosas, no puedes agradar a Dios, por más que en tu vida hagas obras muy piadosas.


Entrar al cielo no es posible por lo que nosotros podemos hacer, sino por lo que Jesús ya realizó a nuestro favor y eso se debe recibir por fe, porque es la gracia de Dios. Luego de esta vida no hay ninguna forma de pagar para conseguir la salvación.


Debes entender que es imposible agradar a Dios después de haber terminado el recorrido. Si toda tu vida la has vivido para tu propio placer y bienestar, si solo has pensado en lo material, en lo terrenal, y no has creído en lo que Dios ha dejado escrito, entonces no puedo afirmar que al cielo vas a entrar.


No puedo saber con total seguridad si otros que ya se han ido ahora estarán con el Padre Celestial. Es triste decirlo pero es la pura verdad que no todos al partir de este mundo al cielo entrarán.


No verán el Paraíso tan anhelado, los que a Jesús en esta vida han rechazado.


Hablando con honestidad y tratando de ser muy claro, hay muchos que en sus vidas solo demostraron ser cristianos de nombre. Solo tenían una religión. Cumplían con una tradición, pero nunca experimentaron la conversión. No nacieron de nuevo. Por decirlo así, jamás los hemos visto en el velero, sirviendo con el traje de Marineros.


Ayer, pensando en Delia, me acordaba de las preciosas Palabras de Jesús, quien, poco antes de partir, hizo esta declaración:


“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”

(Juan 14:2)


Pregunta...

¿Para quienes hay lugar en la Patria Celestial? ... para todos los que en este mar de la vida se atrevieron a confiar y navegar con el único y buen Capitán.


Si todavía lo sigues pensando y no tienes fe, no puedes ser salvo, pero si ya has creído, si a Jesús has recibido, entonces puedes seguir navegando confiado y tranquilo, sabiendo que del otro lado el Galardón de Cristo te está esperando.


Abrazo fuerte y a seguir confiando siempre.


Gerwuer ⛵️

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