Identidad Cristiana: Luz y Sal ¿Puede la luz no brillar? ¿Puede la sal no salar?
Es importante pensar en nuestra Identidad Cristiana y recordar que somos Luz y Sal en medio de una sociedad oscura, desabrida y mundana.
Gerwuer
Sonntag (Domingo)
☁️7°🌡️⛵️
Navegando día tras día y cumpliendo con la jornada, hemos arribado al fin de semana.
Llegamos a un nuevo día de reunión junto con toda la tripulación
Lo primero que quisiera mencionar es que hoy debes estar en la reunión, pero no por obligación.
Si eres un verdadero marinero del VELERO que navega rumbo al cielo, te debes congregar. Te debes reunir con los demás.
El que ha nacido de nuevo, el que es un cristiano verdadero, desea encontrarse con los demás. Desea escuchar la voz del Señor.
No vamos a la reunión para cumplir con una obligación sino porque lo deseamos de corazón. Sabemos que allí el Señor derrama su bendición.
Una recomendación:
Lleva tu Biblia a la reunión. Lleva papel y lápiz para tomar notas del sermón. No permitas que tú mente vuele en otra dirección. Escucha la Palabra prestando mucha atención.
En la Bitácora de hoy quisiera seguir considerando algo de lo que escribí ayer.
A propósito... ¿Has leído la Bitácora anterior? Si no la has leído puedes hacerlo tocando este enlace 👉 Una ID real y no sólo virtual
Vivimos en la era de la tecnología digital donde todo se puede tapar, maquillar, retocar, eliminar.
¡Oh si...! Creo que sabes bien lo que quiero decir. ¡Es tan fácil cambiar nuestra imagen de perfil! ¡Es tan fácil publicar una hermosa frase, un versículo en nuestro estado y luego no vivir conforme a lo que hemos publicado.
Ayer compartí las palabras de Jesús en Mateo capítulo 5 donde dice que sus seguidores son: LA SAL DE LA TIERRA Y LA LUZ DEL MUNDO. Esta comparación es muy interesante y notable.
Quiero repetir lo que dijo Jesús:
“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.”
(Mateo 5:13-14)
Los Cristianos podemos olvidarnos de nuestra verdadera identidad, es decir que somos LUZ Y SAL.
Sabemos bien que la Luz molesta a todo el que está dormido y que el dolor aumenta si le hechas sal a una herida que está abierta.
Cuando salas y brillas, en esta sociedad, puedes molestar y ofender. Eso es verdad.
No sería nada extraño ver que, con tal de no ofender, o de no ser rechazados, muchos dejen su nueva identidad de lado y no brillen como Verdaderos Cristianos.
Sabemos que una lámpara se puede apagar o se puede colocar en un lugar equivocado. Es de muy poca utilidad una lámpara que solo se enciende donde no hay oscuridad.
Nuestra identidad, nuestra luz, nuestro sabor se destaca mejor cuando nos activamos en aquel lugar oscuro, desagradable y desabrido en el que trabajamos o vivimos.
Debemos recordar que es en la oscuridad cuando la luz es de mayor utilidad. No sirve de mucho una luz que solo está encendida cuando cuando se hace de día.
De la misma forma un Cristiano que solo brilla entre otros cristianos es de poca utilidad en esta sociedad que permanece sumergida en la oscuridad.
Hoy me he preguntado:
¿Puede la sal perder su sabor tan particular?
Bueno, la respuesta es que, si la sal se mezcla, se debilita y al final su sabor se altera, se modifica.
Si, es verdad, la sal puede perder su sabor cuando pierde su pureza y lo mismo pasa con el cristiano cuando de Dios se aleja.
Queridos Marineros tengamos presente que:
Así como La Sal pierde su valor y sus propiedades al mezclarse con otros minerales. El cristiano pierde el sabor del Señor al mezclarse con las cosas terrenales.
Pienso que podemos perder el sabor original si dejamos de participar en la reunión dominical.
Cuando mi vida y mi mente espiritual se mezcla con los pensamientos terrenales comienza a perder el sabor de las cosas celestiales.
Jesús dijo que somos Luz, es decir brillamos en la oscuridad. Somos los que señalamos el Camino, la Verdad y la Vida.
Jesús, hablando de si mismo, dijo estas palabras que son tan conocidas:
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
(Juan 14:6)
Nosotros somos la Luz que señala el único Camino al cielo. Somos los que muestran al mundo la verdad y la nueva vida que solo Jesús vino a dar.
Pero es una realidad que la sal puede perder su sabor y la luz puede perder su intensidad.
Quisiera terminar esta Bitácora con las palabras de Juan en su primera carta. Lo escribiré con mis propias palabras pero sin cambiar el sentido:
“Este es el mensaje que hemos escuchado de él, y que ahora les anunciamos: Dios es luz, y en él no hay tinieblas de ninguno tipo.
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, estamos mintiendo, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”
(1 Juan 1:5-7)
La sangre de Jesús nos limpia y su palabra nos purifica, nos santifica. Podemos brillar y salar mejor, si permanecemos en comunión con el Señor.
La Reunión con toda la tripulación nos ayuda a mantener la Luz encendida y la Sal limpia. Solo nos queda salir, brillar y salar.
Recuerda tu identidad: Luz y Sal. Brillar y Salar, todo para la Gloria de nuestro buen Capitán.
Abrazo grande.
Gerwuer ⛵️
Amen real muy real es verdad que uno siente esa necesidad de congregarse de ver a los hermanos es allí donde uno se halla ...porque en otros lugares no se siente uno pleno ..gracias por esas palabras y reflexiones..como siempre agradecida le saluda Adriana
ResponderEliminarGracias Adriana por leer y por dejar su comentario. Saludos y bendiciones.
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