¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! qué dolor me da ver lo que vendrá.

¡Ay! ... ¡Ay! ... ¡Ay! 

No puedo dejar de lamentar el dolor que vendrá para todo aquel que decide poner su confianza en otra cosa y no busca la ayuda del Capitán.

Gerwuer

Freitag (Viernes)

⛅🌡️10°⛵️

La vida en este mar es muy dolorosa. El mundo trae aflicción y si todavía estamos navegando, es decir si nuestro recorrido no ha terminado, debemos estar bien preparados porque las sacudidas seguirán llegando.

En esta mañana abro el libro del Capitán y leo unas palabras de Isaías que comienzan con esta misma expresión con la que he comenzado la Bitácora de hoy:

Isaías dice: ¡Ay!

“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Dios!”

(Isaías 31:1)

Esto me lleva directamente a eso que hago siempre luego de leer La Biblia... y me refiero a: LAS PREGUNTAS.

Si, me detengo y me hago preguntas profundas para tratar de reflexionar y para examinar el estado de mi corazón. 

Dime Marinero...

¿A quién acudes cuando tu barca se sacude?

¿Dime Navegante, qué haces cuando todo está mal en el mar y no logras ver por dónde avanzar?

Vamos... dime ¿Hacia dónde miras cuando todo en tu vida se derriba?

El versículo de Isaías está escrito como un gran lamento. Dios le ha mostrado a su siervo lo que sucederá y entonces Isaías dice ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Si lees el libro de Isaías podrás ver que muchas veces el profeta usa esta misma interjección entre sus palabras. 

Pero tal vez te preguntas... ¿Qué es un interjección? Bueno, por si no lo sabías, una interjección es una palabra que tiene la función de expresar sentimientos o emociones. Es la manera de manifestar asombro, sorpresa, pero también desaprobación, enfado... etc. 

Isaías al decir ¡Ay! está sacando su molestia, su lamento, su angustia pero también su enfado por ver qué Israel no está dando los pasos adecuados.

¿Qué es lo que está pasando?

Están dejando a Dios de lado.

Vuelvo a las preguntas...

¿Dónde tienes puesta tu esperanza?

¿A quién llamas o en quién esperas cuando estás en graves problemas?

¿Qué haces cuando la guerra se desata y ves que el enemigo te supera?

Cuando ves que te ha llegado la hora final y que ya no podrás superar la situación actual... ¿Mantienes la mirada puesta en el Señor?

¿Dónde esta depositada toda tu confianza?... ¿A quién le has entregado tu corazón?

Isaías pudo ver que, tristemente, su gente buscaba ayuda en el lugar equivocado. 

Cuando llegó la crisis, cuando se desató la guerra, cuando el problema creció en la tierra, la gente puso su mirada en Egipto. Recurrieron a la ayuda de otra nación como si de ellos dependiera la salvación.

¿Cuál es tu Egipto en esta situación que estás viviendo hoy?

¿Hacia dónde miras Marinero? ¿Estás descendiendo o estás ascendiendo?

Israel pensaba que si lograba descender a Egipto se salvaba. Ellos confiaron en la potencia de aquella nación, sus carros, sus caballos, sus soldados entrenados, pero a Dios dejaron de lado y al final fracasaron.

¿Estás buscando tu salvación en otra cosa fuera de Dios?

Tal ves piensas que solo te sentirás mejor si consigues obtener aquello que tanto deseas... sea lo que eso sea... Ni se te ocurre pensar en otra cosa... estás convencido que la salida está en cumplir con tu objetivo.

Algunos buscan la salida en un cambio de trabajo, otros piensan que necesitan cambiar la moneda... otros buscan un nuevo amor... pero son pocos los que entienden que la ayuda solo viene del Señor.

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! me lamento al pensar en lo mal que terminarás si decides vivir rechazando al buen Capitán.

Marinero, por favor, levanta la mirada y busca a Dios en oración. No hay otra salida que la que viene de arriba.

Abrazo fuerte y hasta la próxima.

Gerwuer ⛵️