Día 212 - La Semilla del cielo busca terreno.

Domingo 🌤️🌡️18°
Hoy es 31 de Julio de 2022

La Buena semilla del cielo está buscando terreno.
¿Tienes lugar en tu corazón para recibír la semilla que viene de Diós?

 

La Bitácora de Gerwuer 📝
"El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo."
Mateo 13:38

Un corazón que no está abierto a la Palabra del Señor no puede experimentar el poder transformador que viene del Espíritu Creador.

Saludos para ti, querido navegante.

Llegamos al final de un mes muy particular. En nuestro caso trajo algunos problemas pero Dios nos ha dado su gracia para soportar y continuar.

Si has leído la Bitácora anterior ya sabes que mi querida esposa tuvo un problema de salud que la obligó a permanecer unos días en la cama de un hospital, pero hoy la tenemos de nuevo en el velero y es muy bueno poder estar juntos de nuevo.

Hoy nos encontramos una vez más. Nos hace bien meditar en la Palabra de Dios que es viva y eficaz. 

Siempre digo que el domingo es el día donde nos reunimos, cantamos y escuchamos el mensaje de nuestro buen Capitán, aunque por fuerza mayor hoy tuve que faltar. En mi caso fue necesario viajar hasta el hospital.

Siempre dejo mi recomendación diciendo que no faltes a la reunión. Procura ser parte de una buena congregación que ame a Dios de verdad y que proclame el mensaje del Evangelio en su totalidad.

Esta mañana me he detenido a pensar que la Palabra de Dios tiene poder para transformar cualquier persona en cualquier región.

La Semilla del Cielo esta viva y siempre germina. El Sembrador que la trajo es muy entendido en todos los asuntos del cultivo. 

Si no hay frutos, si no veo resultados es porque el terreno está contaminado.

Dios puede rescatar al más vil pecador, si este recibe con fe el Evangelio de Jesús, es decir, si se convierte en un seguidor del Señor.

Hay muchos terrenos distintos, como hay muchos corazones y la semilla debe llegar a todos los rincones.

Tal vez en algunos sitios hay muchas piedras o espinos, puede haber un terreno muy superficial, por eso en algunos lugares nada se puede cosechar.

El buen sembrador del cielo mira el terreno, lanza la semilla, y espera. Al tiempo señalado dará sus frutos, solo si la tierra es buena. Luego vendrá la gran cosecha, donde todo lo malo se desecha.

Nunca culpes a la Buena Semilla o al Sembrador por un terreno que nunca floreció y ningún fruto dió.

Si alguien termina perdido no es por culpa del Señor, porque Él, desde el mismo cielo, vino a salvar al más vil pecador.

Si alguien es condenado es porque se imagina que no tiene ningún pecado. Se cree que es muy bueno, muy religioso, como para necesitar nacer de nuevo y no cree solo en Jesús para llegar al cielo.

Si algún terreno es descartado, no es porque el sembrador no lo ha sembrado, sino más bien porque la buena semilla no ha penetrado, o porque hay otras cosas que la han ahogado.

Esta es la imagen de un corazón que está muy endurecido, muy contaminado, muy arruinado por su propio pecado, y por eso la Palabra no logra dar ningún resultado.

El problema, sin dudar, es el corazón. No hay otra cuestión.

Lo mismo pasa en este mar por donde nos toca navegar. Nosotros tiramos las redes miles de veces, con el deseo de sacar muchos peces, pero no sabemos cuantos se quedarán atrapados. Cuántos podremos llevar al hogar de nuestro buen Capitán.

Lo importante, en los dos casos, es que no nos quedemos amargados, frustrados ni desanimados, por ver pocos resultados.

Hay que seguir tirando la red, hay que seguir sembrando la buena semilla y confiar que Dios es quien hace las maravillas.

Sabemos que hoy es el día para reunirnos y escuchar el consejo del Capitán.

Muchas personas ya no van a la reunión del domingo, no son parte de ninguna tripulación.

Hay quienes están más ocupados en sus propios asuntos, tienen sus intereses, sus placeres, y no tienen tiempo para Dios. Al final se lamentarán porque dejaron de lado lo principal.

Otros asisten a una Iglesia por costumbre y por tradición pero no les queda nada de lo que habló el predicador. Muchos hay que se duermen durante el sermón.

Cada domingo la semilla del cielo es sembrada pero en muchas vidas no produce nada.

Si hoy piensas ir a la reunión, si te encuentras con el resto de la tripulación, quiero dejarte está recomendación: 

Limpia bien tus oídos, prepara tu corazón. Antes de salir, busca a Dios en oración. Lleva lápiz y papel, toma notas del mensaje. No te pierdas pensando en el equipaje para tu próximo viaje... No dejes que la mente navegue o vuele.

Si dejas que Dios siembre en tu vida la buena semilla te puedo asegurar que verás cambios, verás crecimiento, los frutos llegarán cuando sea el tiempo.

Amemos a Dios de todo corazón, con pasión y fervor. 

Aquí se despide Gerwuer ⛵️
Hasta la próxima... si Dios quiere.

Lectura Anual 📖
Isaías 47 al 48

La Bitácora 📝 La Bitácora 

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