Día 148 - Cómo tener una completa Paz.
Sábado 🌦️🌡️8°
Hoy es 28 de Mayo de 2022
La Bitácora 📝
Completa paz se disfruta cuando se navega con el Capitán, aún en medio de un huracán.
No lo puedo explicar, lo tienes que experimentar. No lo puedo describir, lo tienes que vivir.
Tienes que subir a la barca del Capitán y navegar a su lado si quieres tener Paz en medio de la adversidad.
Cuando uno navega con Dios y escucha su voz, puede tener verdadera paz en el corazón aunque afuera sople un ciclón.
Aún cuando venga una situación que nos destroce el corazón, podemos navegar con paz, si tenemos confianza en Dios.
Así lo expresa Isaías, cuando habla del Señor en su libro:
"Tú guardarás en completa paz,
a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado."
Isaías 26:3
El secreto de la verdadera paz está en esa confianza que nos mantiene aferrados a la Roca que es Cristo, el verbo de Dios.
La persona que persiste en pensar conforme a lo que Dios enseña, sin importar lo que venga, es la que puede soportar cualquier tormenta.
Quien se aferra a las promesas del Señor, aunque todo se sacuda a su alrededor, puede volver a empezar.
Por favor, si ves a un creyente llorar, no lo juzgues mal.
Debes saber que, la presencia de lágrimas, no siempre significa una ausencia de paz.
Todo navegante del Capitán puede llorar y de seguro lo hará cuando la tempestad golpee su casa y arrase con ferocidad, llevándose a la eternidad lo que tanto se amó en la vida terrenal. Pero su llanto no significa que ha perdido la fe y que ya no tiene paz.
Recuerda que el mismo Señor Jesús lloró en más de una oportunidad.
Lloró, al ver la incredulidad de la gente en su comunidad, los que no podían aceptar que Él era el único que los podía salvar.
Lloró también frente a la tumba de su amigo Lázaro, y la gente que lo observaba decía:
"- ¡Vean cómo lo amaba!"
El evangelio de Juan nos cuenta que Jesús se estremeció, se conmovió y lloró junto a los seres queridos de aquel que había fallecido:
Juan 11:33-36
"Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo:
"- ¿Dónde le han puesto?"
Le dijeron: Señor, ven y mira.
Jesús lloró.
Dijeron entonces los judíos:
"-Miren cómo le amaba."
En verdad pienso que Jesús nos acompaña en esos momentos de tanto dolor y al vernos llorar se conmueve porque nos entiende.
La gran diferencia entre los que navegan solos y los que navegan con el Señor es que, aquellos, es decir los incrédulos, no tiene consuelo, no tienen paz, pero los creyentes saben que al final se volverán a encontrar con los que se fueron y que no regresarán, y esa confianza les sostiene, les brinda completa paz, aunque por ahora no dejen de llorar.
Querido Navegante no sé cuál es tu situación ni tu condición. No sé si realmente navegas con Dios o navegas según tu opinión, controlando el timón de la embarcación, pero lo que sí sé es que tarde o temprano enfrentarás el dolor de la pérdida y si no tienes fe, si no puedes creer, no podrás ver la gloria de Dios.
Leamos cómo termina el relato frente a la tumba de Lázaro:
Juan 11:38-44
"Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Dijo Jesús:
"-Quiten la piedra."
Marta, la hermana del que había fallecido, le dijo:
"Señor, ya tiene mal olor, porque lleva cuatro días sepultado."
Jesús le dijo:
"¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?"
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo:
"Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz:
"- ¡Lázaro, ven fuera!"
Y aquel que había muerto salió, con las manos atadas y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.
Jesús les dijo:
"-Desátenlo y déjenlo caminar"
Querido Navegante, hoy quiero recordarte que, si crees en Jesús, verás la Gloria de Dios.
Si crees en su Palabra, tendrás completa paz en el corazón.
Cuando los creyentes estemos frente a frente con el Capitán en la Patria Celestial sentiremos su abrazo y él secará todas nuestras lágrimas.
Mientras tanto aquí debemos seguir remando y confiando.
Para finalizar:
No te olvides que Jesús en verdad te ama y creo que todavía llora porque muchos le rechazan.
Espero que tú no seas uno de esos que lo hacen llorar.
Hasta la próxima.
Gerwuer ⛵️
Lectura Anual 📖
Job 19 al 22
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