Día 135 - Cuando me dicen: "VENGA y PARE DE SUFRIR"
Domingo 🌤️🌡️5°
La Bitácora de Gerwuer 📝
Amanece el día domingo y mi corazón se renueva estando a solas con el Capitán.
¡Qué bueno es poder navegar por la vida sin temor a lo que pueda pasar!
Ayer en la Bitácora hablaba de esto y decía que no debemos prestar atención a esos carteles que nos dicen:
¡PARE DE SUFRIR!
Otros mensajes nos ordenan que creamos en nosotros mismos y en nuestras capacidades para superar las adversidades.
¡CRÉELO, TU PUEDES!
¡LEVÁNTATE Y PELEA!
¡TÚ TIENES EL PODER!
¡BASTA YA DE SUMISIÓN!
¡BASTA YA DE AGUANTAR EL PISOTÓN!
Cuando alguien se acerca en el puerto y me dice:
"-¡Venga a nuestra Barca!
¡Pare de Sufrir!"
yo le respondo:
"¡Por favor salga de aquí!
¡Dejé de mentir!"
Es que siempre aparece algún marino disfrazado que me ofrece cambiar de Barco.
Hay muchos que nos proponen hacer algo mejor para dejar de sufrir navegando con el Señor.
Con esto de: ¡Pare de Sufrir! nos están impulsando a hacer algo, tomar las riendas, cambiar la situación que tanto nos afecta.
Pero debemos entender que algunas veces Dios permite el sufrimiento terrenal porque tiene algo mejor preparado en la Patria Celestial y el dolor nos lleva a desear estar en aquel dulce Hogar.
Además el dolor nos impulsa a buscar a Dios en oración y eso nos obliga a inclinar la cabeza.
El ser humano debería reconocer que es por su propio pecado que muchas veces llega a sufrir y padecer y si no se humilla y busca a Dios no podrá estar mejor.
Somos nosotros mismos, con tanto orgullo y con tanta independencia, los que terminamos haciendo un martirio de nuestra propia existencia.
Algunos con sus cantos intentan decirnos que debemos levantarnos y pelear.
Muchos nos quieren hacer creer que nosotros tenemos las fuerzas necesarias para triunfar.
Otros nos dicen que debemos tomar el control del Timón y hacer lo que dicta nuestro corazón.
Debo repetir y resaltar está verdad: todo lo que el mundo nos propone es un engaño más del astuto Satanás.
Me encanta la actitud de David y creo que es el ejemplo que debo seguir aunque físicamente no pare de sufrir:
Salmo 35:1-5
"Salmo de David.
Señor defiéndeme de los que me atacan; y enfréntate tú con los que me combaten.
Ponte tu armadura, toma tu escudo y acude en mi ayuda. Protégeme ponte tú al frente.
Empuña tu lanza y tu jabalina en mi defensa, hazle frente a mis perseguidores. Quiero escucharte decir: "Yo soy tu salvación"
Avergüenza y desorienta a quienes intentan derribarme; sean desanimados y avergonzados los que contra mí se han levantado.
Sean como paja que sopla el viento. Que tu ángel se los lleve con tormento"
Me encanta cuando David dice: "Quiero volver a escucharte decir: "Yo soy tu Salvación"
Lo que veo aquí es que David no intenta parar de sufrir por su propia fuerza o por su espada y su armadura.
Tampoco intenta comprar ayuda con ofrendas y sacrificios. No lo veo dando dinero al cielo para ver si viene algún poderoso guerrero.
Más bien puedo ver a David clamado y esperando en la misericordia de Dios.
Si seguimos leyendo el Salmo
al final leemos estas palabras:
Salmo 35:22-24
"Señor, tú lo sabes todo.
¡No te calles!
¡No te alejes de mi!
¡Muévete y despierta Señor mío, y Dios mío! ¡Defiende mi causa!
Juzgame y declárame inocente, conforme a tu justicia.
No dejes que mis enemigos se regocijen por mis dificultades."
Veo a David haciendo lo mismo que los discípulos hicieron con Jesús cuando estaban en la Barca con una tormenta amenazante.
Recordemos que estos experimentados navegantes dejaron de intentar superar al viento y al mar.
Admitiendo su incapacidad, fueron de inmediato al Señor y lo despertaron. Si, es verdad, ellos tenían poca fe, pero supieron a quien acudir con el problema, clamaron al que tiene toda la autoridad sobre el viento y sobre el mar.
Jesús habló y la calma regresó
Luego los discípulos junto con el Señor pudieron seguir adelante llevando el mensaje de salvación.
El Salmo de David termina con estas palabras:
Salmo 35:28
"Y yo proclamaré ante todos cuán grande y bueno eres tú; te alabaré todo el día."
Lo veo a David festejando y cantando, y me imagino que los problemas a su lado seguían estando, pero en su interior todo estaba mucho mejor.
Al igual que David, todo aquel que tiene su confianza puesta en el Señor, puede cantar y alabar, luego de orar y derramar su angustia y su necesidad.
Los salmos son un reflejo de lo que sucede con un corazón que teme a Dios y espera en su Salvación.
Querido Navegante, hoy es el día para reunirnos con los demás tripulantes. No te duermas y escucha la voz del Comandante. Aprovecha la ocasión para derramar toda tu aflicción y que se renueve tu corazón.
Hasta la próxima.
Te saluda Gerwuer ⛵️
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