Día 81 - Cuando estés caído.
Martes 🌤️🌡️ 3°
Hoy es 22 de Marzo de 2022
Cuando estés caído, por favor:
No rechaces su mano.
No desprecies su abrazo.
No ignores su amor.
Vuelve al Señor y busca su perdón.
Bitácora 📝⛵
¡Qué bien! Ya comienza un nuevo día y sigo navegando por el mar de la vida.
Entiendo que debo dejar de pensar en el ayer y también debo dejar de preocuparme por el mañana, si es que pretendo disfrutar cada momento a lo largo de esta semana.
La verdad es que mientras viva angustiado o preocupado navegaré desorientado y lo peor de todo es que no llegaré a ningún lado.
La ansiedad solo me sacude, me mueve, pero no me permite avanzar.
Eso que tanto mi mente ocupa, y hasta me preocupa, solo me mantiene angustiado y afanado, pero así, y lo repito, no se llega a ningún lado. Estaré siempre como estancado y frustrado.
Cuando ando preocupado, o si guardo en el corazón algún pecado que no he confesado, mi rostro se vuelve espantoso. No puedo ocultar que estoy amargado o que algo me ha pasado.
Ahora abro el Libro del Capitán y leo el versículo que para hoy tengo anotado en mi viejo cuaderno.
Miqueas 7:18
"¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia"
¡Oh, qué maravilloso!
No puedo decir otra cosa.
Realmente yo también me pregunto, como lo hizo el profeta Miqueas:
¿Qué Dios existe en todo el mundo que sea como tú, oh Señor?
Debo decir: ¡Ninguno!
¿Qué Capitán, de cualquier embarcación, existe que sea como tú, que pueda guiarnos con seguridad sin dejarnos perecer y naufragar?
Debo decir: ¡Ninguno!
¿Que Salvador existe que sea tan osado como para entregar su propia vida en favor de su enemigo, amando aún al pecador más perdido?
Debo decir a toda voz...
¡¡¡NINGUUUUNOOO!!!
No hay Dios tan grande como tú.
No hay Salvador tan precioso como tú. No hay nada ni nadie que sea como tú.
Te amo mi Señor porque me amaste aún siendo un pecador,
y me abrazaste, el día en que del lodo me rescataste con tu perfecto amor.
No me despreciaste, no me rechazaste, aún estando sucio y con mal olor.
Como decía David, ahora también yo puedo decir que:
¡Tú eres mi Roca, mi Torre Fuerte, mi Fortaleza Señor!
Si Señor, tú eres mi refugio, mi esperanza, mi sostén y el que me da confianza. Eres mi todo. Eres santo, bondadoso, precioso y fiel. No hay nadie como tú mi Rey.
Ahora en tu abrazo me escondo y me aferro a tu costado. Me siento seguro si permanezco a tu lado. Tú nunca me dejas solo ni desamparado.
Gracias Jesús por morir en la Cruz clavado y por resucitar victorioso.
Me llenas de Paz y profundo Gozo.
Sigo leyendo al profeta Miqueas y es tan hermoso lo que dice:
Miqueas 7:19-20
"Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos."
Una vez más Dios me recuerda que su misericordia es eterna.
Si he fracasado en pecado, pero vuelvo a su lado arrepentido, puedo estar seguro que no me dejará caído.
Si Dios dice, por medio del profeta que volverá a mostrar piedad para con Israel, ese pueblo que tanto le rechazo y le fue infiel... entonces ¿por qué dudar que a mí me pueda perdonar?
El Señor tiene sus brazos extendidos también para ti querido pecador, querido hermano, querido amigo.
Cualquiera que esté en el pozo caído debe mirar a Cristo. Si confesamos nuestro pecado él todavía nos extiende su mano.
Por favor no desprecies su abrazo. Hoy te ofrece su perdón.
Que este sea tu día de reconciliación con el Señor.
Que hoy sea el día en que puedas creer en su perdón y entregues a Jesús todo el corazón.
Cree en su Palabra y recibe por la fe esa preciosa Salvación que solo Él te ofrece con profundo amor.
Hasta la próxima.
Gerwuer
Lectura Anual 📖
Jueces 19 al 21
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