Día 60 - El Ciclo de la Vida

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Hoy es 01 de Marzo de 2022

Bitácora 📝⛵
Hemos comenzado un nuevo mes.
Así es, mis queridos navegantes. Ya estamos en Marzo y seguimos adelante. 

Hoy se cumplen sesenta días desde nuestra partida en este nuevo año.  

Como siempre digo, es por la gracia y por la buena mano del Capitán que seguimos vivos.

Las olas en el mar van y vienen, pero la vida no se detiene y nosotros nos vamos con ella. 

Hoy quiero retomar la lectura del Libro del Capitán. 

Si vienes leyendo la Bitácora cada día recordarás que comenzamos con el Capítulo 5 de Génesis.

Este es un capítulo muy particular. Presenta la descendencia de Adán, pero es como una genealogía selectiva, pues no sé mencionan las historias de muchas vidas. 

Admito que su lectura puede ser un tanto aburrida, casi como leer una guía de Teléfono. Aparecen solo nombres desconocidos y no le encontramos ningún sentido.

Es bueno saber que aquí también hay verdades escondidas y muchas cosas se pueden aprender cuando se lee y se medita en una genealogía.

Hasta ahora hemos leído solamente los primeros ocho versículos de este capítulo cinco. Ya vimos que Dios formó a Adán y Eva, luego se nos dice que nació Set como un descendiente que trajo la imagen de su padre, es decir que fue temeroso de Dios.
 
El nombre Set significa sustituto y este es el hijo que vino en lugar de Abel. Aquel que presentó la primera ofrenda de la manera correcta. 

Vimos que Set tuvo un hijo al que llamó Enos y aquí sigue el relato del día de hoy.

Génesis 5:9-17
"Cuando Enós tenía noventa años, engendró a Cainán.
Enós vivió, después de haber tenido a Cainán, ochocientos quince años, y tuvo además otros hijos e hijas.

Todos los años de Enós fueron novecientos cinco, y murió.

Cainán tenía setenta años cuando fue padre de Mahalaleel.
Después del nacimiento de Mahalaleel, Cainán vivió ochocientos cuarenta años más, y tuvo otros hijos y otras hijas.

Todos los años de Cainán fueron novecientos diez años, y murió.

Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y tuvo un hijo al que llamó Jared.
Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y tuvo más hijos e hijas.

Todos los años de Mahalaleel fueron ochocientos noventa y cinco y murió."

Algo interesante que puedo ver en estos versículos es lo que se suele llamar "El Ciclo de la Vida".
El hombre nace, crece se reproduce y muere. 

Este ciclo comenzó cuando el pecado en el mundo entró. 
Ya vimos que Adán y Eva recibieron la muerte por haber preferido el fruto prohibido y como consecuencia esto se trasladó a toda la descendencia.

Otra cosa para observar es que al principio los seres humanos podían vivir muchos años pero poco a poco eso fue cambiando. 

En la actualidad se dice que la esperanza de vida para un ser humano, en promedio es de tan solo unos 70 u 80 años. Luego nos vamos y ya no regresamos. Por eso es necesario estar preparados. 

"Si queremos estar seguros de estar a salvo debemos creer en el Evangelio de Jesús antes de cruzar al otro lado"

Volviendo a la genealogía, no sabemos que pasó con la vida de muchas de las personas que nacieron en aquellos tiempos. Solo se mencionan los nombres de algunos hombres. 

Entiendo que esto es así porque el libro solo intenta mostrarnos como es que un día llegó a nacer, de una joven mujer, aquel pequeño niño en el establo de Belén, ese que sería como Abel, ofreciendo el mejor de todos los Sacrificios.

Ya vimos que la promesa para Eva fue que de su descendencia, un día nacería aquel Hijo del Hombre que aplastaría la cabeza de la serpiente. 

A medida que sigamos recorriendo el libro del Capitán debemos tener esto en mente. Vendrán muchos relatos y muchas otras genealogías, pero todo lo escrito tiene el propósito de señalar al Mesías.

Otra cosa interesante es que las genealogías nos muestran los nombres de algunas personas. 

Cada nombre es muy importante para Dios. Nosotros no conocemos a muchas de las personas pero Dios si las conoce a todas. Cómo también sabe los nombres de cada estrella. Hasta tiene contados los pelos de nuestra cabeza. Es decir que Dios no nos ignora y espera, a toda hora, que nosotros pongamos la confianza en su bendita historia.

Él te conoce a ti y me conoce a mi. Si, el nos conoce a todos por nuestro nombre y en verdad nos ama. Para él no somos solamente un número, no somos insignificantes, para Dios realmente somos muy importantes. Somos valiosos y somos preciosos.

Tanto es así que por rescatarnos fue capaz de pagar el precio más alto. Entregando la sangre de su propio hijo para darnos una nueva oportunidad y romper con este ciclo de la vida que en realidad nos lleva a la muerte.

Bendito sea el Señor por este gran amor que en la Cruz ya nos mostró. 

Que tengas un feliz día.
Hasta la próxima.
Gerwuer

Lectura Anual: 📖 
Deuteronomio 19 al 21

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