Día 41 - Pensamientos asesinos.

Jueves lluvioso 🌧️🌡️8°

Bitácora 📝⛵
Jueves 10 de Febrero de 2022.
El cielo sigue cubierto de nubes. 
La lluvia nos acompaña desde hace varios días.

Hoy, como cada mañana, me encuentro con el Capitán, antes de comenzar la jornada.

Sigo leyendo el Gran Libro que me cuenta las historias del pasado y me deja grandes enseñanzas para el presente.

Una frase viene a mi mente y creo conveniente escribirla:

"Aquellos que no aprenden de la Historia están condenados a repetirla" 

Son palabras que se atribuyen a diferentes personas pero muchos afirman que las dijo el español Jorge Santayana. 

Voy a decirlo nuevamente pero de una forma diferente:

"Si no aprendo de los pecados que otros cometieron en el pasado lo más probable es que yo los vuelva a cometer en el presente." 

Por eso es tan importante conocer la Biblia porque en ella se encuentran relatadas las historias genuinas de personas que vivieron en el pasado. 

Muchos son los que fracasaron por su incredulidad y por haber desobedecido las enseñanzas divinas pero hay otros que no dudaron y que triunfaron. Sus nombres han quedado registrados y se los conoce como los héroes de la fe. Uno de estos fue Abel. 

Solo sabemos de él que fue fiel y temeroso de Dios. Entregó al Señor lo mejor de lo mejor.

Sigo leyendo en esta mañana:

Génesis 4:8 al 12
"Cierto día Caín le dijo a su hermano Abel: 
-"Salgamos al campo"

Y sucedió que, estando ellos en el campo, Caín con una piedra atacó a su hermano y lo asesinó.

El Señor entonces habló a Caín y le preguntó: 
-"¿Dónde está tu hermano Abel?

y su respuesta fué:
-"No lo sé. ¿Acaso es mi deber cuidar de mi hermano?

Entonces el Señor le dijo:
-"¿Qué has hecho?.
La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra pidiendo justicia.

Por esto ahora quedarás maldito de este mismo suelo que ha recibido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste con tu propia mano.

Aunque trabajes la tierra ya no te dará las cosechas esperadas y vivirás como un fugitivo, sin poder encontrar descanso, como errante y vagabundo en este mundo."

Tremendo final para un hombre que no tuvo en cuenta la historia de sus padres en el pasado.

Lo que pasó con Caín nos puede pasar también a nosotros si no tenemos control sobre nuestros pensamientos, si le damos lugar a los celos y al enojo.

Creo que nadie se transforma en un asesino serial de la noche a la mañana. 

Todo comienza con un mal pensamiento al que le damos lugar, lo masticamos varias veces hasta que lo dejamos entrar. Luego viene otro y otro más. Poco a poco los vamos tragando con gran facilidad hasta que un día los hacemos realidad.

Alguien dijo con gran sabiduría:

"Siembra un pensamiento y cosecharás una acción.
Siembra una acción y cosecharás un hábito.
Siembra un hábito y cosecharás un destino."

Este asesinato no fue un arrebato de furia, sino más bien fue algo premeditado. Al igual que su madre Eva, podemos ver qué Caín se olvidó de lo que Dios le había hablado. 

Fue arrastrado por el engaño de su corazón. Se alimento del fruto venenoso del odio y la envidia.

Dios le advirtió del pecado agazapado y le aseguró que él tenía el poder para vencer al enemigo pero debía hacer las cosas bien.

Tal vez Caín no se quiso humillar y no quiso aceptar que su hermano menor sabía hacer las cosas mejor.

Aveces hay personas en alguna  embarcación que llevan años de experiencia navegando y creen que solo ellos saben lo que agrada al Capitán del Barco, por eso se niegan, se resisten y hasta se molestan cuando un hermano menor llega y hace las cosas de otra manera pero con pasión, dejando todo por el Señor.

Si bien no son asesinados con una piedra, se los mata con la indiferencia, se los deja en un rincón y se les impide hacer lo que Dios les mandó.

No me refiero a jóvenes caprichos que hacen las cosas a su manera sin respetar la autoridad, me refiero a creyentes piadosos que sirven a Dios de verdad, pero que muchas veces quedan descartados por los que tienen mayor edad.

Que Dios nos libre de actuar como Caín guardando celos y envidia en el corazón que a muchos puede destruir. No olvidemos que los hermanos mayores debemos cuidar de nuestros hermanos menores y ayudarlos a crecer, apreciando los dones que pueden tener.

Para finalizar recordemos que:
Los pensamientos, buenos o malos se transforman en acciones y las acciones luego son un hábito que al final marcan el lugar a donde vamos a llegar.

Hasta la próxima
Gerwuer


Lectura Anual: 📖
Números 3 al 4

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