Día 37 - La historia real de Tom.
Domingo 🌧️🌡️7°
Bitácora 📝⛵
Hoy es Domingo.
Algunos navegantes todavía duermen, aprovechando que este es el día creado para el descanso, pero pronto se levantarán porque saben que también este es el día para escuchar la voz del Capitán. Este es el día donde nos reunimos para la adoración al Señor.
Mi ventana recibe las gotas del cielo que llegan como misiles y se estrellan sobre ella. Desde hace varios días no vemos ni el sol, ni la luna, ni las estrellas.
A pesar de la lluvia y los días oscuros, que a muchos suelen deprimir, es por la gracia del Señor que hoy podemos seguir.
Vamos cantando con gozo en el corazón, navegando día a día y buscando solo Su Guía y Su Sabiduría.
Esta mañana he leído una historia verídica relatada por Gerrid Setzer, un escritor que navega por estos mares bajo la guía de nuestro Capitán.
El cuenta sobre un joven llamado Tom y quiero compartir esta experiencia porque se relaciona con lo que hemos leído sobre Adán y Eva.
Voy a relatar la historia pero a mi modo, imaginando un poco la situación:
La historia real de Tom.
"Tom era un joven chofer que disfrutaba de su trabajo trasladando personas en su ciudad.
Lo único que ya no soportaba más era escuchar a su anciana madre que todo el tiempo le hablaba de Dios, de la Salvación, y de la necesidad de una conversión.
Un día su madre le volvió a decir:
-"Querido Tom, te tienes que arrepentir de tus pecados. Debes dejar que sea Dios el chofer de tu vida. Tienes que reconocer que Jesús murió por ti en la Cruz para darte salvación. Si lo sigues rechazando solo te espera la condenación."
Para Tom esta fue la última gota que colmó el vaso. Le habló a su madre con tono áspero y le dijo:
-"¡Basta ya! no aguanto más el escucharte decir siempre lo mismo... me voy a vivir a otra ciudad. Ya no soporto que me trates de convencer. Yo no puedo creer. Para mí todo esto es una gran mentira."
Su madre con los ojos llenos de lágrimas lo miró y con dulzura nuevamente le habló:
"Oh mi querido Tom, mientras tenga lengua, te hablaré de mi Señor y le hablaré al Señor de ti"
Tom cumplió su amenaza y se marchó sin tardanza.
En la lejana ciudad consiguió un puesto de conductor particular para una persona de elevada posición social.
Llegó el día en que por primera vez debería trasladar a su nuevo jefe en el lujoso vehículo de color negro.
Tom se sorprendió porque el hombre no quiso subir en la parte trasera como era la costumbre, sino que se ubicó en el asiento del acompañante.
Tom en ese momento pensó...
"Tal vez quiere ver mejor cómo es mi forma de conducir"... pero antes que pudiera terminar su pensamiento llegó la pregunta de su jefe que lo dejó boquiabierto:
El hombre muy seriamente lo miró a los ojos y de repente le preguntó:
"Dime Tom... ¿Dónde pasarás la eternidad?... ¿Tienes la seguridad de ser salvo? ¿Conoces a Jesús?
Como si un rayo le partiera la cabeza, el joven se dio cuenta que se puede intentar escapar de todo y de todos, pero de Dios nadie se puede ocultar.
Él quiso alejarse de su madre para no escucharla hablar, pero no sé imaginó que Dios le volvería a hablar por medio de otras personas en esta nueva ciudad.
Tom, sin decir una palabra se bajó del auto, se alejó temblando. Se reportó enfermo por unos días.
Durante ese tiempo estuvo escuchando el mensaje del evangelio y el temor al juicio de Dios y la muerte eterna le llenaron de tristeza el corazón. Tom sabía que su vida estaba perdida. Él había pecado de todas las formas conocidas y sabía que el cielo no se merecía.
Toda su angustia y temor se marchó cuando en la oscura noche decidió creer. Abundante paz y gozo recibió cuando puso su fe en Jesús como único y suficiente Salvador.
Al día siguiente le escribió un mensaje a su madre diciendo:
"Dios te escuchó y hasta aquí me siguió. Ahora sé que solo por la fe salvo soy. Mi alma ya no tiene ningún temor. Jesús es mi Salvador".
¡Qué hermosa historia!
Realmente de Dios nadie se puede escapar. Él nos ve en todo lugar y de alguna manera nos habla y nos hace esa pregunta que nos lleva a considerar nuestra condición real.
¿Dónde estás tú? ... ¿Has hecho lo que te dije que no hicieras?
Adán y Eva quisieron ocultar su desnudez con hojas de higuera.
Trataron de hallar una salvación escondidos en un rincón. Buscaron escapar de las consecuencias de su pecado metidos detrás de un árbol.
Termino la Bitácora de hoy recordando lo que Dios dice en el libro de Jeremías:
Jeremías 23:23-24
"¿Acaso creen que soy Dios sólo estando cerca?. ¿No soy Dios también desde lejos? -esto pregunta el Señor.
¿Podrá el ser humano hallar un escondite donde yo no lo pueda encontrar?
¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? - dice el Señor"
Este es un día especial para detenerme a pensar en esta verdad:
"No puedo ocultarme del Señor.
Él siempre sabe quién soy, dónde estoy y hacía dónde voy."
Hasta la próxima.
Gerwuer
Si quieres volver a leer todo lo que ya vimos durante la última semana utiliza esta 👉 Llave 🔑
Lectura Anual:
📖 Levítico 20 al 22
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