En tristeza o alegría: ¿Hacia dónde miras?
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
(2 Corintios 4:17-18)
Estoy viendo el amanecer de un nuevo día. Decido desde temprano poner la mirada en las cosas de arriba, por eso abro mi Biblia y busco el consejo de mi Buen Capitán que me guía en este mar.
¡Cuánta falta me hace recordar que debo mantener la mirada puesta en lo que es esencial, aquello que es invisible, pero es real!
Necesito recordar que todo lo que ahora vivo es temporal. Este dolor que ahora siento es momentáneo. Esta tristeza es pasajera. Los buenos tiempos también llegan, y la alegría se recupera.
En este mar de la vida por el que navegamos día tras dia, tendremos días de tristezas y días de alegría. Días de sol y noches muy bellas, pero también tendremos días donde no se pueden ver las estrellas.
En esta vida bajo el sol todo tiene su tiempo, como dijo Salomón. Por lo tanto debo dejar de preocuparme tanto. Necesito enfocarme en la eternidad porque hacia allá vamos con seguridad.
Si todo el tiempo estoy aferrado a lo que en este mundo puedo ver, debo saber que pronto lo voy a perder, pero si por la fe mantengo la mirada en lo que ahora no se ve, al final del recorrido para siempre lo tendré.
No debo permitir que las emociones me sacudan y me descontrolen. Ellas no deben guiar mi embarcación.
Hoy me hace falta recordar que Dios está al mando del Timón y con él muy seguro estoy.
Es mi deseo que tú también estés en la embarcación que navega rumbo al cielo.
Te saluda Gerwuer el marinero.
Hasta la próxima si Dios lo permite. ⛵
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