El marinero que clama y brama.



Soy el marinero que clama y brama, como el ciervo por las corrientes de las aguas. Oh Dios, mi alma solo por ti brama, te anhela y te llama.

Gerwuer


Donnerstag (Jueves)

☁️🌡️-1°⛵️


Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

(Salmos 42:1-2)


Oh sí, mi Capitán, cuánto anhelo escuchar tu voz hablando a mi corazón.


Así como el ciervo brama por agua, mi corazón, oh Dios, brama por tu Palabra.


No es una obligación, no es una tarea pesada, no es una carga ni una complicación el tener que madrugar para poder estar contigo a solas y en comunión.


Mi querido Capitán, aprecio mucho tu amistad y lo digo en verdad.


Es que mi alma te anhela. Mi espíritu, en tu presencia, se renueva. Mi mente comienza a pensar de manera diferente y luego mis emociones y sentimientos se ajustan a cada uno de tus pensamientos.


He comprobado en mi propia vida lo que escribió Isaías:


“Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.“

(Isaías 26:3)


Esto es una gran verdad y por eso necesito perseverar con mis pensamientos anclados en tus mandamientos.


Ahora entiendo por qué Isaías nos dejó esta recomendación de confiar solo en ti mi Señor:


“Confíen en Dios perpetuamente, porque en el Señor está la fortaleza de los siglos.”

(Isaías 26:4)


Compruebo que tú eres torre fuerte y refugio seguro para los tiempos más duros, pero Señor... ¡Qué que triste es ver al malvado que no reconoce toda la ayuda y el amor que le has mostrado.


Oh mi Dios, me uno a lo que Isaías más adelante escribió:


“Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro, de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.”

(Isaías 26:9)


Señor, durante toda la noche he pensado en ti. He anhelado este encuentro para poder derramar todo lo que tengo dentro. 


Con mi alma, oh Dios, te he deseado estando yo postrado y ahora que ya estoy levantado digo que mientras tenga aliento de vida madrugaré y me levantaré para buscarte otra vez.


Qué triste es ver, día tras día, la realidad de lo que dice Isaías:


“Se le mostrará piedad al malvado, y aun así no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad del Señor”

(Isaías 26:10)


¡¡Qué triste es ver que tú, oh Dios, extiendes tus brazos de amor, y brindas tu gracia para salvar al pecador pero este sigue persiguiendo los deseos de su propio corazón!!


Lo más terrible es saber que el castigo final les espera, tu mano está levantada con la espada del juicio que vendrá, pero ellos siguen como si nada disfrutando de su maldad.


Como también lo dijo Isaías, yo sé que se aproxima el gran día:


“Señor, tu mano está alzada, pero ellos no la ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.”

(Isaías 26:11)


Oh Dios, si ver tanta injusticia, tanta maldad, para mí es tan doloroso... Cuánto más lo será para ti...!! Sin duda debe ser algo espantoso.


Lo sé, es muy triste Señor, pero los seres humanos somos duros y no aprendemos a vivir conforme a tu justicia. Nos deleitamos en nuestra propia malicia.


Esto que dice Isaías lo puedo ver cada día:


Se le muestra bondad al que hace lo malo pero no entiende y no reconoce que la misericordia viene de tu mano.


¡El pecador perverso seguirá haciendo lo malo, a pesar de todo el amor que se le ha brindado!


Tu Señor eres muy paciente y bondadoso. Estas haciendo que salga el sol para todos. Tanto el bueno como el pecador reciben tu ayuda y tu cuidado por medio de la creación. 


Extiendes tu misericordia y la renuevas cada mañana, pero no todos lo pueden ver y agradecer.


Oh, mi Dios, aquí estoy buscándote y en este día solo quiero decirte gracias por permitirme seguir con vida.

Gracias por el descanso reparador. Gracias por el agua, gracias por el pan, gracias por darme fuerzas y salud para salir a trabajar.


Hoy te adoro, hoy te alabo, y como Isaías yo termino cantando:


“Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.”

(Isaías 25:1)


Guárdanos en tu regazo y no permitas que el perverso cazador nos atrape con sus lazos.


Los que amamos tu palabra hoy a ti te adoramos y te exaltamos. En ti, Señor, nos refugiamos hasta que se terminen los quebrantos.


Tu pronta venida esperamos.


Mientras tanto seguimos por aquí navegando, aunque muchas veces lo hagamos llorando.


Amén


Gerwuer ⛵️


Comentarios

  1. Amen amen muy bello bendiciones..Adriana 🙏 la triste realidad

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  2. “Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.“

    (Isaías 26:3)
    Este mensaje es muy alentador en medio de la tormenta de la vida Dios tiene cuidado de nosotros.

    ResponderEliminar

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