Cuando tu barca se sacude ¿A quién acudes?



“Jesús es la medicina para el alma. Su presencia en el corazón, trae paz, trae gozo, trae consolación, aún en medio del dolor.”

Gerwuer

Freitag (Viernes)

☁️🌡️5°⛵️


Cuando todo se sacude en el Velero se hace muy difícil seguir adelante con la mirada puesta en el cielo.


Los problemas terrenales muchas veces son como una gran tormenta en el mar que aún a los más experimentados marineros los puede hacer temblar.


Cuando las olas y el vendaval nos golpean sin parar, todo se tambalea y nos inunda la ansiedad. No podemos ver nada en medio de tanta oscuridad y es verdad que a muchos esto nos puede hacer dudar y si nos descuidamos podemos dejar de esperar y confiar en el único que nos puede ayudar.


Mas de un marinero ha quedado sumergido por la amargura y la desesperación cuando una situación dolorosa en la embarcación le destroza el corazón.


El Salmista escribió con toda sinceridad:

“Se deshace mi alma de ansiedad...”

(Salmos 119:28)


Pero luego clamó a Dios:

“...Susténtame según tu palabra.” (Salmo 119:28)


Mas adelante el Salmista también dice:

“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia.”

(Salmos 119:143)


Dime por favor, Navegante de la vida...

¿Qué haces cuando el dolor inunda tu corazón y todo se derrumba a tu alrededor?

¿A quien recurres cuando todo se vuelve espantoso y doloroso?


¡¡Cuánta gente eleva una oración desesperada pidiendo ayuda a la persona equivocada!!


Me duele ver a tantos que, pasando por el gran sufrimiento que trae la tormenta, se olvidan de acudir al único que los vientos ahuyenta.


Solo Jesús demostró que tiene el poder para caminar sobre las aguas de un mar embravecido, sin embargo son muchos los que todavía en Él no han creído.


Piden ayuda y elevan sus ruegos a otros supuestos milagreros y se pierden eternamente por más que sean muy sinceros.


Presta mucha atención a esto, mi querido Navegante:


No se pueden evitar los problemas y las pérdidas en este mar de la vida y lo sabes, pero te aseguro que si no navegas con Jesús, si no formas parte de su tripulación, la tormenta te destruirá y no podrás soportar el dolor que vendrá, lo peor de todo es que, al final no tendrás salvación, si no tienes a Jesús como Capitán en tu corazón.


La tormenta puede ser espantosa y mucha veces nos arrebata cosas valiosas. Aveces nos quita lo que tanto amamos, pero si al final, esa situación nos lleva a buscar a Dios de corazón, entonces el dolor se transformará en una bendición.


Los seres humanos nacemos con un gran vacío en el corazón que ha sido causado por la separación con Dios y no encontraremos ninguna pieza terrenal que pueda llenar ese vacío ancestral. 


Solo Jesús puede restaurar y llenar el gran vacío existencial, pero debemos darle lugar. Debemos conocerle y saber quién es Él en verdad.


En la Bitacora de estos días estuve hablando sobre aquella pregunta que Jesús hizo a sus discípulos: 


¿Qué dice la gente de mi?


Como dije ayer, por el contexto del pasaje es evidente que Jesús les  preguntó esto a sus discípulos luego de haber realizado el milagro de multiplicar panes y peces.


A pesar del milagro asombroso la multitud seguía mirando a Jesús tan solo como un profeta más, un buen maestro... no llegaban a reconocer que tenían a Dios mismo entre ellos.


Jesús tuvo que decir con toda claridad: “Yo soy ese pan que calma el hambre y satisface la mayor necesidad de la humanidad”


“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”
(Juan 6:35)

Aún hoy la gente sigue teniendo muchas opiniones y hay tantas religiones que dicen tener la verdad que muchos ya no saben a quién seguir o hacia donde ir cuando viene la dificultad.


Mi deseo al escribir la Bitácora es poder ayudar a otros que con sinceridad quieren conocer a Jesús.


Al igual que los discípulos repartieron pan y peces para alimentar a la multitud en el desierto, yo pretendo compartir el pan y el agua del cielo con los que están hambrientos y sedientos.


Me gustaría en verdad poder dar consuelo y aliento al que está sufriendo.


Con cada palabra quisiera dar un abrazo al que está con el corazón partido porque ha perdido un ser querido.


Me gustaría poder sostener y levantar al caído, ayudar al que se está hundiendo o está muy afligido.


Quisiera ser como un faro sobre la Roca que en el mar de la vida puede guiar a los Navegantes dia tras día.


Estos son mis deseos, pero estoy seguro que también son los deseos sinceros de todo fiel Marinero que navega rumbo al Cielo.


Por esto mismo ahora ruego al Capitán, elevo a Dios mi oración:


Oh Señor, quiero ser un mejor Marinero en tu Velero. Quiero servirte con un corazón sincero, puro y perfecto. Quiero ser un instrumento útil en tus manos. Quiero ser un mejor cristiano.


En verdad quisiera verme completo, pero sé que tengo muchos defectos. Sé que, a pesar de tanto tiempo navegando a tu lado todavía no te conozco completamente y muchas cosas las veo oscuramente. 


No llego a comprender todo lo que permites que me pase... no sé por qué haces lo que haces y menos aún llego a comprender por qué no me respondes haciendo lo que desde hace tanto tiempo te vengo pidiendo. 


Ayúdame a no perder la fe y a seguir con la mirada puesta solo en tí. Aunque todo se este sacudiendo, oh Señor, no quiero tener temor. 


Quiero seguir creyendo a pesar del dolor que siento al ver todo lo que hoy está ocurriendo a mí alrededor, a pesar de no ver que la tormenta se detiene con tu voz, te pido que mi fe no falte por favor.


Lo pido en tu nombre oh Jesús.


Amén


Aquí me despido por hoy.

Abrazo grande para ti.


Gerwuer ⛵️


Comentarios

Entradas populares de este blog

Día 100 - Proclamando la Verdad a toda la humanidad.

Día 4 - Pensando en aquel que ha visto partir a un ser querido.

Día 1 - Un nuevo comienzo.

Día 49 - Con amor y sin distracción surge una nueva generación.

Día 105 - Ya está abierto el camino al árbol de la vida.