Los Elegidos: Invitación especial para unirte a la celebración final.


Esta es una invitación para que todos se unan a la gran celebración de Los Elegidos. Todos en verdad son llamados pero solo serán escogidos y bien recibidos los que en Jesús hayan creído mientras estaban vivos.

Gerwuer

Samstag (Sábado)

☀️🌡️2°⛵

Navegando y navegando, por el mar de la vida vamos avanzando y este mes de Enero ya está terminando.

Remando y remando, contra la corriente, vamos luchando diariamente.

Los vientos fuertes siguen soplando, pero estamos tranquilos porque sabemos en quién y a quién le hemos creído.

Muchas cosas han sucedido en estos pocos días que hemos recorrido. Muchas pruebas y dolores han llegado y las emociones, a más de uno, se nos han alterado.

Son varios los pensamientos que en este cuaderno han quedado registrados. Hay preciosas palabras del Capitán que mucho me han ayudado a permanecer cuando la situación se ha complicado.

En mis notas he dejado algunas frases que de mi mente he rescatado, pero también hay palabras que otras mentes han pensado y las he agregado. Vuelve a leer desde el principio si es que de algo te has olvidado.

Todo está quedando en este lugar anotado con la intención de bendecir, animar y edificar a otros miembros de la tripulación.

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Si esto lo compartes, entonces, eres parte y creo que serás de bendición a muchos más que necesitan conocer al Capitán de la embarcación.

El mensaje principal que jamás puedo dejar de publicar es la invitación tan especial que nos ha dejado el Capitán para todos los que navegando están.

Mi tarea es la de mostrar a los que vagan confundidos que:

SOLO JESÚS ES EL CAMINO y SIN ÉL ESTAMOS PERDIDOS.
En Jesús hay nueva vida, hay salvación, hay paz, perdón y reconciliación.

Vuelvo a mencionar algo que dije hace mucho tiempo atrás cuando emprendí la tarea de escribir estos relatos:

Nada de esto existiría si no fuera porque un día me decidí a dar el paso que debía dar de comenzar este viaje sin igual junto al Capitán.

Por favor, ahora le pido, a todo aquel que esté leyendo lo que escribo, que no me entienda mal y no me juzgue sin saber por qué digo lo que digo.

Estoy convencido que cada uno tiene la capacidad de proponerse cosas en la vida y luego Dios decide si lo deja avanzar o lo detiene aún sabiendo el resultado final.

Como dijo el sabio Salomón:

“El corazón del hombre piensa su camino, más el Señor endereza sus pasos”

(Proverbios 16:8)

Permíteme que diga lo mismo pero de otra manera sin perder la esencia de la sentencia:

“El ser humano podrá trazar muchos planes para su camino pero al final es Dios quien determina su destino” 

Yo sé muy bien que Dios está detrás de todo y su voluntad soberana nunca puede ser alterada, pero al mismo tiempo entiendo que hemos sido creados con la capacidad para escoger entre el bien y el mal.

No somos controlados por una poderosa IA o inteligencia artificial. No somos robots. No somos máquinas. Ni estamos obligados por el destino para avanzar por un determinado camino.

El punto principal al que quiero llegar es que, a lo largo del trayecto de la vida, de alguna forma, Dios a todos nos habla y nos enseña lo que conviene, lo que es mejor, lo que a Él le agrada y luego nos deja libres para hacer nuestra propia elección.

Es verdad que cada ser humano tiene la posibilidad de decidir en qué dirección avanzar. Puede creer o dudar. Puede aceptar o rechazar. Puede conocer o ignorar.

Mientras tenga vida, el hombre o la mujer puede hacer o deshacer, porque Dios se lo permite, pero debe saber que al final será juzgado por las decisiones que ha tomado.

En este mar de la vida Dios nos ha dejado todo lo que necesitamos para poder llegar a conocerle de verdad, de manera tal que al final nadie tendrá una excusa o se podrá justificar diciendo: “Señor, yo no sabía o no conocía lo que tú deseabas o querías.”

Esto es algo en lo que debemos reflexionar. Somos responsables por nuestra forma de vivir y actuar.

La Biblia enseña que llegará el final y tendremos que rendir cuentas por todo lo que hemos hecho cada día debajo del velo que llamamos cielo.

Querido Marinero que ahora lees esta Bitácora del Velero, quiero decirte una gran verdad:

La vida se forma, pero también se deforma, se construye o se destruye en gran parte, por las decisiones que nosotros mismos vamos tomando mientras vamos avanzando.

Somos responsables por nuestras decisiones y nuestros actos. No podemos vivir culpando siempre a los demás por las cosas que nosotros mismos hemos hecho mal.

Dios ya nos ha hablado muchas veces y nos ha mostrado claramente su voluntad, pero más de una vez lo hemos rechazado, no le hemos creído y no hemos dado el paso de andar en Su Camino.

Ahora en el mundo sufrimos por nuestros propios actos y por andar corriendo detrás de nuestros propios sueños y deseos.

Es verdad que en gran parte somos moldeados y afectados por aquello que vemos, escuchamos, tocamos, probamos, gustamos, leemos, conocemos y comprobamos. Nuestro entorno y nuestra familia es de gran influencia.

También nuestra genética arrastra las marcas de las generaciones pasadas. En nuestro interior tenemos el daño de los antepasados con todos sus pecados, pero la buena noticia es que todo esto puede cambiar y es verdad que podemos volver a empezar si le creemos a Dios y le entregamos nuestro corazón. Todo es cuestión de una decisión. Un paso de fe trae renovación.

Jesús dijo que es necesario nacer de nuevo para llegar a ver el Reino de Dios y eso es algo que se produce por la obra del Espíritu Santo, que interviene cuando creemos en el mensaje que vino de lo alto.

Te aseguro que no requiere una mayor explicación sino más bien una fe genuina en tu interior.

La Biblia nos revela algunas verdades muy profundas al respecto pero por razones de espacio y tiempo solo mencionaré algunos versículos:

Por ejemplo pensemos en las palabras del escritor de la carta a los Hebreos.

Él dijo lo siguiente:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por medio de los profetas, en estos ultimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo, al cual constituyó por heredero de todo y por el cual asimismo hizo el universo”

(Hebreos 1:1-2)

Lo que quiero destacar de estos versos es que: Dios mismo se ha estado comunicando a lo largo de todos los tiempos utilizando diferentes medios, pero ahora, en la etapa final, directamente envió a su propio Hijo. Ya no hay otro mensaje que escuchar ni hay otra revelación especial.

Si una persona rechaza lo que dice Jesús no tiene otra forma de Salvación.

Si no le crees te pierdes por tu propia incredulidad. Pero si le crees, si lo recibes, entonces él mismo te salva, solo por su gracia y su verdad.

Un pasaje más quiero agregar:

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá.”

(Romanos 1:16-17)

El que habla aquí es el apóstol Pablo y dice en su carta a los Romanos que él no se avergüenza de anunciar el evangelio, que es la buena noticia, porque sabe que el Evangelio es el poder de Dios para salvar a todo aquel que cree.

Observa que no dice que se salva el que no comete ningún pecado. No dice que se salva el que hace las buenas obras que Dios le ha indicado de antemano. Aunque todo esto es muy bueno y muy necesario, no es lo que nos hace salvos.

Ahora, dejo aquí mi pregunta:

¿A quién puede salvar el mensaje del evangelio? ¿Qué dice la Biblia?

El Evangelio salva a todo el que lo cree, da igual si lo escucha y lo cree una persona que es judía o una persona que no es judía. Puede ser una persona de cualquier otra nación o cualquier otra religión.

Si alguien escucha y cree que Jesús es Dios, que vino al mundo en forma humana, que murió crucificado y resucitó al tercer dia, para quitar de en medio el pecado, entonces por gracia, por misericordia es salvo. Sin tener que pagar un solo centavo.

Querido Marinero, si del Buen Capitán te has alejado, es tiempo de que regreses a su lado.

Vuelve a poner tus ojos en aquel que tiene todo el poder para controlar el viento y el mar y no te desenfoques cuando estés pasando por una gran Tempestad.

Esta es la verdad que no puedo dejar de proclamar. Hay una invitación celestial para que todos los pecadores puedan ser salvos y lleguen a participar de la gran celebración que se hará al finalizar la función.

El Capitán busca y llama a toda la humanidad que pérdida está pero elige subir a su tripulación a todos los que creen en su mensaje de Salvación.

Para continuar remando y avanzando en este mar de la vida y llegar a salvo al otro lado, es fundamental que pongas tu fe y tu vida en las manos del Buen Capitán.

Gracias por tu tiempo leyendo esta Bitácora.

Será para mí un motivo de gran alegría saber que Dios ha obrado en tu corazón y que te has decidido por fe para seguir a Jesús el Salvador.

Abrazo fuerte a la distancia y si estás entre LOS ELEGIDOS, si eres de los que han creído, entonces nos veremos en la celebración final.

No te olvides de compartir la gran invitación para toda gente de toda Nación, Lengua y Religión:

Esta es la gran invitación:

“MIRAD A MÍ, Y SED SALVOS, TODOS LOS TÉRMINOS DE LA TIERRA, PORQUE YO SOY DIOS, Y NO HAY MÁS.”

(Isaías 45:22)

Hasta pronto

Gerwuer ⛵️

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