¿Cómo sobrevivir cuando nos encontramos en medio de la Soledad y la Depresión?


Sin saber lo que vendrá... en la dura tempestad solo puedo clamar ¡SÁLVAME SEÑOR!

Samstag (Sábado) 

☁️🌡️0°⛵️


Un nuevo día, una nueva jornada.

¿Qué puedo esperar en esta nueva mañana? ¿Qué pasará a lo largo del día?


No puedo saber lo que vendrá pero estoy seguro que Jesús, el Buen Capitán, no me dejará ni me desamparará. 


En la paz o en la tormenta, en tiempos de gozo o en medio del dolor, siempre está a mi lado el buen Salvador.


El panorama es desolador. Las nubes oscuras siguen nublado nuestra visión, pero los ojos de la fe nos ayudan a subir más allá, colocando la esperanza en lo que vendrá.


Esta es la gran pregunta para hoy:

¿Cómo sobrevivir cuando nos encontramos en medio de la Soledad y la Depresión?


¿Qué puedo hacer para sobrellevar el dolor? ¿Cómo seguir adelante cuando todo se sacude a mi alrededor?


Hoy escuché a Marcos Brunet, cantante y predicador, decir lo siguiente:


“El dolor es una especie de maestro. El asunto es si vamos a ser buenos alumnos o vamos a reprobar la materia.”

(Marcos Brunet)


Luego hizo una referencia a las palabras del escritor a los Hebreos al decir:


“Jesús, por lo que padeció... APRENDIÓ OBEDIENCIA”


Así lo expresa La Biblia:

“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.


Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”

(Hebreos 5:7-9)


¡Qué tremendo es detenerse a considerar todo esto!

Aunque Jesús era el Hijo amado de Dios, tuvo que padecer para poder llegar a ser el único y el poderoso instrumento de Salvación para el hombre pecador.


Es fundamental remarcar que:


Si Jesús no hubiera soportado la agonía de la Cruz, no tendríamos esperanza, no tendríamos paz, no tendríamos la certeza de ser recibidos por Dios en la eternidad.


A lo largo de esta primera semana he comenzado a leer la Carta de Pablo a los Efesios. 


Ya he mencionado que Pablo escribió esta carta mientras estaba en prisión y todo lo que sufrió fue por seguir la voluntad del Señor.


Pablo mismo relata en otros pasajes que en su vida tuvo que soportar tormentos y gran aflicción. Si no hubiera pasado por esta situación, tal vez hoy no tendríamos muchas de sus cartas que son de tanta ayuda y edificación.


Al final de su ministerio, este querido navegante del Evangelio, también se encontró muy solo y prácticamente ciego.


Ayer mencioné que:

“La depresión y la soledad son la triste realidad de una sociedad que ha decidido vivir en oscuridad, alejada de Dios y su verdad.”
Gerwuer


También mencioné que la depresión no solo afecta a los incrédulos y los paganos, en verdad es un problema que afecta a muchos misioneros y fieles cristianos.


Hoy no puedo dejar de mencionar esta realidad, aunque a más de uno le cueste reconocer que es verdad:

Dios nunca quiso que el ser humano terminara atrapado en una oscura prisión de soledad y depresión. Todo esto es tan solo la triste consecuencia del pecado y la desobediencia que terminó afectando a toda la creación.

El mundo está como está por causa del primer pecado que el ser humano cometió.


Jesús dijo que, mientras estemos en este mundo, tendremos aflicción, sufriremos como todos los demás el efecto de la soledad y la depresión. 


¿Dónde está entonces la diferencia? ¿Qué sentido tiene ser cristiano si al final sufriremos como cualquier ser humano?


La diferencia está en que tenemos una esperanza, tenemos una convicción y es que pronto esto terminará y estaremos en la Patria Celestial donde ya no habrá más llanto ni dolor. Dios mismo enjugará nuestras lágrimas y nos consolará.


Marcos Brunet, en otro mensaje, me recordó lo que Jesús nos prometió al decir que estaría con nosotros hasta el fin. 


Es decir que los cristianos podemos sentirnos solos, pero debemos entender que es un sentimiento, no es la realidad, porque aunque no lo veamos, Jesús a nuestro lado está.


Me gusta lo que dice Marcos Brunet en referencia a las palabras de Jesús:


“Él nunca prometió que todo estaría bien, sino que estaría con nosotros para siempre…”


Pero luego de esto, Marcos Brunet dijo algo que en verdad me sacudió, me dejó pensando al decir:


“Si la promesa de su presencia no es suficiente entonces no estás entendiendo el evangelio”


Permíteme que repita todo pero lo quiero hacer agregando algunas palabras:

“Jesús nunca nos prometió que en esta vida todo estaría bien, sino más bien prometió que Él estaría con nosotros para siempre.
Si para ti, la promesa de su presencia no es suficiente entonces, amigo mío, no estás entendiendo el evangelio completamente”

Pero la verdad no termina allí… Presta mucha atención a lo que dice a Marcos Brunet a continuación, lo escribiré con letras grandes:


“EL EVANGELIO NO ES QUE TODO TE VAYA BIEN, EL EVANGELIO ES QUE ÉL TE ACOMPAÑE EN TODO LO QUE TE SUCEDE EN ESTA VIDA”

(Marcos Brunet)


Puede ser que ahora mismo nos encontremos pasando por un tiempo de angustia, dolor, depresión y soledad. La pregunta para nosotros es ¿Qué haremos? ¿Cómo responderemos?


Ahora mismo podemos estar sintiendo que las aguas de la aflicción nos están ahogando, podemos ver que la tempestad y las olas nos están superando.


Amigo, amiga, compañero del velero… Si esta es tú realidad, si la depresión y la soledad te están hundiendo en un profundo malestar, por favor no dejes de mirar al que tiene todo el poder para controlar el viento y el mar.


Jesús camina sobre las aguas. Él es el único que puede traer a tu vida toda la calma. 


¿Recuerdas a Pedro en medio de la tormenta? 


Mientras él discípulo miraba a Jesús, podía también caminar sobre las aguas, pero cuando puso sus ojos en las grandes olas, cuando perdió de vista al Señor, de inmediato se hundió, las aguas lo taparon por completo.


Pregunta… ¿Qué hizo Pedro en ese momento?... dime...  ¿Trató de nadar solo? qué hizo... ¿Pidió ayuda a los demás? vamos... tu lo sabes...

¿Qué hizo Pedro cuando se sintió ahogado por la tempestad?

Exacto... buscó a Jesús nuevamente!! Clamó pidiendo ayuda.


Sin dudarlo un segundo, Pedro buscó la ayuda adecuada. Elevó una oración corta y hasta desesperada… con un grito de terror exclamó: 

“¡Sálvame! Señor”... ¿Puedes imaginar esta situación?


¡Oh sí…! yo también necesito decir:

¡SÁLVAME, SÁLVAME SEÑOR! TE LO PIDO POR FAVOR

En medio de la dura enfermedad, cuando me alcance el dolor … ¡Sálvame Señor!… en la prueba y la aflicción ¡Sálvame Señor!

¡Cuando me sienta solo y deprimido! … ¡Sálvame Señor!

Frente a la tumba de un ser querido que se ha ido... ¡Sostenme con tu gran amor y ayúdame Señor porque el dolor sin ti será mayor!


Para finalizar te invito a escuchar detenidamente estos dos mensajes de Marcos Brunet.


Son dos videos muy cortos, pero me han ayudado a pensar de la manera correcta.  


Es mi deseo y oración que para ti también sean se bendición.


Video 1

“Que hacer en momentos de dolor"




Video 2

“El plan Emanuel es Dios con nosotros”




Gracias por acompañarme en este nuevo dia.


Abrazo grande y a seguir navegando siempre confiando que el Señor nos está cuidando!! ⛵️


Gerwuer 

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