Día 92 - En tu condición busca la misericordia del Señor.

Sábado 🌥️🌡️1°
Hoy es 2 de Abril de 2022

Bitácora 📝⛵️
Amanece un día más y doy gracias a Dios que nos guarda con su misericordia y su bondad.

Navegando y navegando por los mares de la vida vamos todos avanzando. Unos navegan con el Capitán y otros no tienen idea hacia dónde van.

Hoy volvemos a partir, en este mes de Abril, con el frío que se hace sentir y no se quiere ir.

Muchos suelen decir algunos versos de un antiguo poema escrito por Heinrich Seidel (1842-1906) como este que les quiero compartir:

"April, April, der weiß nicht was er will. Mal Regen und mal Sonnenschein, dann schneit's auch wieder zwischendrein. April, April, der weiß nicht was er will."

En español he modificado un poco las palabras para que rimen mejor. 

"Abril, Abril, no sabe 
hacia dónde quiere ir. 
A veces llueve,
y a veces sale el sol, 
y en el medio cae nieve 
a nuestro alrededor.
Abril, Abril, no sabe 
hacia dónde quiere ir"

Es que por esta zona dicen que Abril enloquece un poco. Estamos en primavera pero sigue haciendo un frío que nos congela. Llueve y hasta cae nieve, pero al rato sale el sol y todo sabe mejor. 

Es verdad que en la vida muchas personas se comportan como el clima. Son inestables e inconstantes en todos sus caminos. Nunca se sabe hacia dónde van o si realmente se han comprometido en seguir al Capitán. 

Ahora mismo elevo una oración desde mi interior diciendo:

"Oh Señor ayúdame por favor.
No quiero ser inestable. 
No quiero ser de doble ánimo.
Quiero realmente vivir como un navegante comprometido con la misión. Quiero navegar solo en tu dirección. Ayúdame por favor.
Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén"

Como cada día, hoy vengo al encuentro de mi Señor. 
Todavía es temprano y otros siguen descansando pero yo prefiero estar a solas con el Capitán hablando. 

En su presencia mi alma recibe abundante alimento y nuevo aliento.

Ayer compartí la letra de una hermosa canción y hoy mi corazón sigue cantando pero esta vez lo hace desde un Salmo.

Salmos 57:7-11
"Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y entonaré salmos.

Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana.

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré de ti entre las naciones.

Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad.

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria."

Estas hermosas palabras fueron escritas por un hombre que experimentó la misericordia de Dios.

Muchos de los cánticos del pueblo de Israel fueron escritos por el mismo autor y lo que puedo ver, por la letra de sus salmos, es que tenía una verdadera amistad con Dios.

Para mi es bueno recordar que esta persona no era perfecta. Cometió pecados tan tremendos por los cuales hoy sería expulsado de cualquier ministerio. No sería bien recibido en algunas iglesias porque su presencia sería una vergüenza. 

Me pongo a pensar cuántas veces somos rápidos para señalar el pecado en la vida de los demás pero nos cuesta reconocer nuestra propia maldad.

No fue así con David, a quién Dios mismo lo inspiró para escribir la mayoría de lo Salmos registrados en el Libro Sagrado.

Las palabras de David vienen de un corazón que ha experimentado el perdón y la salvación del Señor. El supo interesarse por aquellos que nadie más quería y supo tener misericordia para con aquellos que nadie la tendría.

El Salmo de hoy fue escrito cuando David se encontraba acorralado. Lo tenían totalmente encerrado. David sabía que su vida estaba en peligro. Podía morir en cualquier momento en las manos de su peor enemigo y si Dios no intervenía de alguna manera en su situación, no había escapatoria, ni esperanza de salvación.

¿Te has sentido acorralado?
¿Te has sentido aturdido, confundido, sacudido, desesperado sin saber cómo seguir?

Yo lo he vivido y la verdad que solo con recordar esos momentos mi corazón vuelve a latir asustado.

¿Qué hizo David en su peor condición? Buscó a Dios en oración. Le entregó su problema y tan solo esperó.

Miremos como comienza el Salmo y entenderemos por qué lo termina cantando con tanta alegría.

Salmos 57:1
"Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos"

Me lo imagino postrado, el corazón asustado, reconociendo su condición. Pidiendo misericordia, pidiendo salvación.

El Salmo 56 también fue escrito por David y comienza con las mismas palabras:

Salmos 56:1-4
"Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.

Todo el día mis enemigos me pisotean; porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.

En el día que temo, 
yo en ti confío.
En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme, el hombre?"

Aunque el enemigo y el problema en este caso eran diferentes, David todo lo enfrentó de la misma forma. Confiando en el Señor y pidiendo su ayuda con fervor.

Se puede decir que David no era un hombre inconstante en su fe. No era de doble ánimo. 

No sé qué situación puedes estar enfrentando pero sé que si buscas de todo corazón la gracia y la misericordia de Dios, si recurres a Él en oración, si te humillas y le pides perdón alcanzarás la salvación.

Esto no quiere decir que Dios te librará del problema. Tal vez en la tierra sigamos sufriendo con las pestes, los virus, la guerra, y un largo etcétera, pero cuando nos encomendamos en las manos de Dios podemos experimentar su Paz y su ayuda en la peor situación.

Esto es lo que nos lleva a cantar con gozo aunque estemos en el calabozo.

Oh Señor, al igual que David yo también quiero proclamar que:
"Grande hasta los cielos es tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad. En el día que temo yo solo en ti confío y en nadie más. 
Solo tú me das seguridad"

Si hasta ahora no nos hemos hundido es porque su Gracia nos ha sostenido. 

Si el enemigo no nos ha derribado es porque en su misericordia hemos confiado.

Si corres algún peligro aférrate a Dios ahora mismo.

Hasta la próxima.
Gerwuer

Lectura Anual 📖
2 Samuel 1 al 3




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