Día 106 - Para esas lágrimas que necesitan consuelo.

Es un Sábado Negro🪦 
Pero, aún así, el sol brilla en el azul del cielo ☀️🌡️3° 
Hoy es 16 de Abril de 2022

La Bitácora 📝⛵
La vida sigue su curso, unos días nos llena la alegría, y otras veces nos inunda con el llanto. Llegamos a este Sábado que muchos suelen llamar Santo.

Debo decir que este es un "Sábado negro", donde solo cantan y festejan los cuervos.

Aclaro que no lo digo por aquellos que son fanáticos del Club Argentino, "San Lorenzo de Almagro", esos son otro tipo de "Cuervos", de los que mejor por ahora no hablo.

Al decir: "hoy solo cantan los cuervos", me estoy refiriendo a estas aves carroñeras que se alegran cuando la muerte llega.

Esta mañana al despertar he notado algo fuera de lo normal.
El sol brilla y aparenta ser un día sin igual, pero no logro escuchar el canto de las aves que siempre suelen madrugar.

"-¡Qué extraño!"...eso pensé.
"-Hoy las aves no se oyen,... pero si me he levantado temprano, y el cielo está despejado... ¿Por qué no logro escuchar cantar a esas aves que me suelen despertar?"

Subí a mi aposento alto, donde me encuentro con el Capitán, abrí la ventana para ver si era cierto que esos pájaros no estaban despiertos y me sorprendió escuchar solamente el graznido de los cuervos... "Krau, Krau, Krau..."

Aunque pueda parecer un cuento, debo afirmar que todo es cierto.

Pero traslado esto al tiempo en que Jesús moría en la Cruz.
Mi imaginación se activa por un momento y pienso que:

"En un día como ayer, sobre la Cruz del madero, donde crueles hombres colgaron a Jesús el Nazareno, los "oscuros cuervos" chillaban y festejaban con mucha algarabía, mientras otras "dulces aves" lloraban la partida de aquel que les dió la vida. Ellas no podían cantar sus preciosas melodías." 

Vuelvo a pensar en lo que sucedió un día como hoy, pero hace más de dos milenios. Este debe haber sido el sábado más negro, pues Jesús estaba sepultado en una fría tumba. Como si fuera en un cementerio.

Así narra el evangelio lo que pasó, luego que Jesús en la Cruz murió:

Juan 19:40-42
"Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos.
Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús."

Es pura casualidad que justo en esta mañana se escuchen desde mi ventana aquellos cuervos negros que revolotean sobre el huerto y se alegran cuando encuentran algo muerto.

Amigo que lees la Bitácora, detente a pensar por un momento en este evento. Tal vez conoces al Maestro desde hace mucho tiempo pero hoy te encuentras abatido, angustiado, destrozado porque alguien ha fallecido. 

No lo sé, pero tal ves este sea tambien para ti un sábado muy negro. Lágrimas rodando por las mejillas. No se escucha tu voz cantando con alegría porque se ha ido alguien que tú tanto querías.

Solo quiero decirte ¡cuánto lo siento! Te acompaño desde aquí en este duro momento y entiendo tu sentimiento. Yo también he pasado por este desierto. Pero te aseguro que:

Si tienes a Jesús, puedes mirar hacia adelante pensando en aquel nuevo día donde nos volveremos a encontrar y todo será puro gozo y alegría.

Esto es lo que Jesús prometió a sus discípulos y luego se cumplió:

Juan 16:20
"De verdad, de verdad se los digo, ustedes van a llorar y se van a lamentar con profunda tristeza, mientras el mundo festejará y se alegrará; pero aunque ustedes estén tristes, les aseguro que esa tristeza se convertirá en gozo."

Jesús al tercer día volvió a resucitar. Los discípulos el Sábado lloraban sin parar, pero el domingo emocionados no paraban de cantar. 

Aunque hoy sea un Sábado muy negro, llegará el domingo de resurrección, llegará aquel día donde nos volveremos a ver y ya no habrá más llanto ni dolor.

Gloria a Dios por nuestro Salvador. Nuestra esperanza está puesta en lo que ya nos prometió.

Tu puedes llorar por la partida de tu ser amado, pero encuentra consuelo pensando en la próxima venida de Jesús resucitado, porque si Él resucitó, entonces todos los que han muerto con Él resucitarán también.

Jesús dijo:
Juan 16:22
"También ustedes ahora tienen una gran tristeza; pero los volveré a ver, y se les alegrará el corazón, y nadie les podrá quitar ese gozo."

Si eso se cumplió para aquellos discípulos, también se cumplirá para nosotros. Volveremos a encontrarnos con Jesús resucitado y nada nos quitará el nuevo gozo que recibamos.

Lo que hoy me preocupa y me entristece es pensar en aquellos que, de esto, lo saben todo, pero nada creen. 

Hay muchos que ahora festejan, beben, y se divierten, amando esas cosas que son de la oscuridad y que traen muerte. No creen al mensaje de la Biblia, piensan que es puro cuento y tontería.

Lo mismo pensaban muchos, aquel oscuro y triste día, cuando Jesús en la Cruz moría.

Parece una mentira pero, mientras unos pocos se golpeaban el pecho, arrepentidos por lo que habían hecho, eran muchos los que festejaban con gran alegría por la victoria obtenida. 

Ellos se alegraban porque pensaban que el negocio les había salido perfecto. Pagando tan solo treinta monedas de plata, lograron borrar del mapa, al renombrado Maestro, ese que tanto les amargaba la vida con su mensaje de un juicio venidero si no tenían un arrepentimiento sincero.

Lo mismo sucede en la actualidad. Hay muchos que intentan hundir las Barcas de aquellos que salen a proclamar el Evangelio de la Verdad. 

En el pasado fueron muchos los navegantes que murieron siguiendo los pasos de Jesús el buen Maestro.

Amigo, hermano, navegante, que eres un fiel cristiano, es a tí a quién dirijo estas últimas líneas escritas desde mi corazón, 

Desconozco tu situación. No sé si para ti hoy brilla el sol, con su alegría y resplandor, o estas viviendo un Sábado muy negro, con gran llanto y gran dolor, lo que si sé es que todos navegamos en un mar de alegrías y tristezas, donde hay gozo pero también aflicción.

Si has perdido a tu compañera o tu compañero de viaje, o si ya no puedes ver a un ser querido porque se ha ido hacia el otro lado a descansar de su diario navegar, para encontrarse cara a cara con el Capitán, quiero recordarte que allí te está esperando.

No permitas que las lágrimas de hoy te nublen la visión y roben de tal manera el gozo de tu interior que al final te impidan seguir navegando con ilusión y plena confianza. Recuerda que los que navegamos con el Señor tenemos una firme esperanza. Un ancla nos sostiene y es la promesa de que Jesús por nosotros también viene.

¡¡Cuán gloriosa será la mañana cuando venga Jesús el Salvador!!
Ese día no habrá necesidad de tristeza ni dolor. El Señor enjugará toda lágrima y todo llanto cesará porque su precioso consuelo nos traerá.

Hasta la Próxima.
Gerwuer

Lectura Anual 📖
2 Reyes 1 al 3

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