Día 52 - Su voz trae la calma que necesita mi alma.

Lunes 🌧️🌡️4°
Bitácora 📝⛵

Hoy es Lunes 21 de Febrero de 2022. 

Por aquí los navegantes nos ponemos en movimiento una vez más, con la idea fija de avanzar. Aunque sea difícil y mucho nos cueste, debemos mirar hacia el frente, con el objetivo del Capitán en mente.

El fuerte viento sigue presente y la lluvia le hace compañía. El pronóstico nos advierte que la borrasca de hoy puede ser muy fuerte.

El mal tiempo nos obliga a estar muy atentos y sobre todo debemos procurar mantener la calma pues de lo contrario, si alguien comienza a dar órdenes alterado y a los gritos, la situación se vuelve insoportable. 

Esto mismo pasa tanto en el mar, como en la tierra. No importa donde me encuentre. Puedo estar en mi trabajo o en mi propia casa. Si pierdo el control cuando vienen los problemas entonces todo se altera y se pueden causar muchas heridas.

Es verdad que en el mar, cuando hay tormentas con olas gigantescas, es fácil entrar en pánico. Podemos también tener ataques de ansiedad. 

Me refiero a esos episodios donde parece que perdemos el control. Se altera la presión, el corazón late sin control, sentimos como nos corre el sudor y comenzamos a temblar, nos duele el pecho, nos duele la cabeza. El estómago se hace un nudo. Todo lo vemos oscuro. 

En mi propia vida recuerdo haber enfrentado situaciones de este tipo. Son esos momentos donde parece que el mal tiempo, el viento y todo el desastre que vemos alrededor, se ha trasladado a nuestro interior. 

Cuando los pensamientos y las emociones se dan vuelta nos sentimos tan aturdidos que parece que nos ahogamos, y en vida sucumbimos.

El Capitán en su libro me contó que esto mismo les ocurrió a los que navegaban junto al Señor.

Me hace bien repasar esta historia, principalmente en estos tiempos donde todo a nuestro alrededor se ha vuelto muy peligroso. 

Leo el Libro y compruebo que:
Su voz trae nuevamente la calma.

Marcos 4:35
"Al anochecer de aquel mismo día, el Maestro les dijo: 
-"Crucemos a la otra orilla."

En seguida obedecieron, y despidiendo a la multitud, con Jesús en la barca se fueron, aunque también otras barcas los siguieron.

Pero al poco tiempo se levantó una gran tempestad, un fuerte viento, de tal manera que echaba las olas dentro de la barca y amenazaba con hundirla. 

Mientras tanto, Jesús en la popa dormía, habiendo recostado su cabeza en un cabezal; en eso, los discípulos desesperados, fueron y lo despertaron gritando:
-"¡Maestro!, ¿es que no te importa que naufraguemos?"

Entonces Jesús se levantó, y dió una sola orden al viento y al mar:
-"¡Silencio, calla, quédate quieto!"
y al instante sobrevino una profunda calma, el viento ya no soplaba.

Luego Jesús miró a sus discípulos y les dijo: 
-"¿Por qué estaban tan asustados?
¿Todavía no tienen fe?"

Esta es una historia real que por un lado me anima pero también me reprende y me examina.  

Me lleva a pensar en mi forma de reaccionar cuando la embarcación se sacude y parece que vamos a naufragar.

La pregunta del Maestro ahora resuena en mi mente de una manera diferente, es como si Él a mi me hablara y me dijera:

"Dime Navegante: 
¿Por qué tienes tanto miedo?
¿Por qué no confías en mí?
¿Por qué permites que la situación actual te llene de temor y de ansiedad?
¿Es que no tienes fe en lo que yo puedo hacer? 
¿Es que no recuerdas que a tu lado estoy y nunca te dejaré? 
¿Te has olvidado que yo soy el que te llamó a navegar en esta embarcación y a cruzar a la otra región?"

Basta una sola palabra del Señor para que la paz y la calma inunden mi corazón. 

Todo sigue alterado a mi alrededor pero su voz me devuelve la seguridad, me ayuda a pensar mejor.

¡Qué bien me hace pasar tiempo en la presencia del Capitán y recordar que él no me dejará!
No estoy solo ni desamparado porque Él navega a mi lado.

Si las olas me golpean y el viento me asusta con su aullido, debo inclinar la rodilla y pedir al Capitán que me sostenga firme a su lado hasta el final.

No quiero estar desesperado. 
Si quiero tener su calma necesito aferrarme a su Palabra. 

"Oh Señor aumenta mi fe. Ayúdame a permanecer. Déjame ver tu poder una vez más. Guárdame en medio de esta tempestad."
Amén

Querido Navegante si estás pasando por tiempos de tormenta y tu alma se encuentra inquieta solo inclina la cabeza, eleva una oración y encomienda tu vida al cuidado del Señor.

Hasta la próxima.
Gerwuer

Lectura Anual:
Números 32 al 33

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