Día 42 - Soñar con seres queridos que han partido.

🌧️🌡️3°
Lágrimas del Cielo.
Soñé con aquellos que ya se fueron...

Bitácora 📝⛵
Hoy es viernes 11 de Febrero de 2022.

Mi reloj marca las 5:30 de la mañana. Me he despertado temprano y debo decir que mi corazón está algo inquieto y apenado. Tal vez debo decir triste y apesadumbrado, todo se debe a lo que he soñado.

Durante la noche me desperté cuando eran más de las tres y luego me costó volver a dormir. Es que en mis sueños me encontré hablando con familiares que ya se han marchado, han cruzado a la otra orilla de donde ya no se regresa.

Supongo que a otros, en algún momento, les ha pasado lo mismo, han despertado con el corazón afligido luego de soñar con aquellos que ya se han ido.

Para mí fue un sueño muy real, era como si estuvieran todavía navegando por estos mares. En mi sueño también pude ver con toda claridad a otros que todavía siguen con vida, son familiares, son personas queridas que por el mundo navegan, pero están perdidas. No se han subido todavía a la Barca del Capitán. 

Me desperté y debo reconocer que me sentí afligido. Me doy cuenta que muchos han partido de este mundo sin haber sido rescatados a tiempo. Algunos porque decidieron no creer y rechazaron nuestra ayuda pero muchos otros se han perdido porque nunca nadie les habló ni les mostró el único bote de salvación.

Me duele pensar que muchas veces por temor o por vergüenza, o por estar pensando en mis propios intereses, no fui capaz de rescatar a otros que se estaban ahogando.

Muchas veces, afanado y preocupado, tratando de alcanzar tesoros terrenales, he fracasado en cumplir con la Misión que tiene esta embarcación de llevar a otros el mensaje de salvación.

En este preciso instante llueve y las gotas golpean contra el vidrio de mi ventana. Son para mi como lágrimas del cielo, derramadas por aquellos que rechazan el mensaje del evangelio.

Lloro al pensar que muchos partieron sin haber tenido un encuentro con el Capitán. Estos ya no tienen ninguna esperanza y por ellos mis ojos se inundan de lágrimas.

¡Oh, cuánto deseo que los que todavía están vivos y navegan perdidos a su propio ritmo, ignorando la voz de Dios, entiendan que ahora es el tiempo de la Salvación!

Me gustaría que alguno de ellos pudiera leer estas palabras y se detuviera a considerar su situación actual, tal vez alguno de mis viejos amigos o mis seres queridos. 

No voy a dar nombres pero tengo muchos conocidos que van por el camino ancho. Van confiando en sus buenas obras. Piensan que tiene asegurado el cielo por haber hecho algo bueno y no se ponen a pensar en todas las otras faltas que ya cometieron.

Lo malo que ya hemos cometido jamás se borra con los actos buenos que luego hagamos por el camino.
 
Tal vez tú en este momento estás leyendo la Bitácora y reconoces que estás perdido y necesitas ayuda. Puedes dejar al final tu comentario y trataré de ponerme en contacto o puedes enviar un mensaje a alguien que sabes que conoce de estas cosas y te puede aconsejar y guiar en la verdad.

Dios es el que más interesado está en salvarte. No permitas que llegue el final de tu recorrido sin arreglar tu situación con el Señor.

Si el ser humano parte de este mundo sin resolver el gran problema del pecado que a todos nos ha contaminado, ya no se puede ofrecer ningún rescate. No hay retorno ni existe oportunidad de salvación del otro lado. Solo juicio y condenación.

Anoche, al despertarme del sueño, de inmediato busqué al Señor y le pedí en oración que extienda su Gracia y su Misericordia sobre aquellos que todavía están lejos, aquellos que no creen en estas cosas y se están perdiendo. No saben lo que hacen al rechazar el Evangelio.

Todos necesitan saber que los que vamos en esta embarcación hemos sido rescatados y hemos sido reconciliados con Dios por medio de Jesús y es Dios mismo quien, por medio de Jesucristo, nos ha dado el ministerio de la reconciliación y de mostrar a otros el único camino, la única verdad y la única vida.

Para finalizar ahora repito lo que dijo el Marinero Pablo:

2 Corintios 5:18-21
"Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, sin pedirles que rindan cuenta por su pecado y ha puesto en nosotros el mensaje de reconciliación. 

Somos, pues, los embajadores de Cristo, como si Dios les estuviera rogando por medio de nosotros. En nombre de Cristo les suplicamos:
¡Hagan ahora las paces con Dios!

Jesús no cometió ningún pecado, pero por nuestra causa, Dios mismo hizo que Él cargara con el pecado, para poder declararnos justos solo por medio de Cristo."

Querido navegante que lees la Bitácora, si estás en la Barca del Señor recuerda que debemos estar siempre listos para llevar a otros este mensaje de Salvación.

Si todavía rechazas este mensaje, lo siento mucho, pero lo debo afirmar, si no cambias ya no existe otra esperanza, no hay nada ni nadie más que te pueda salvar.

Hasta la próxima
Gerwuer


Lectura Anual: 📖
Números 5 al 6

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