Día 7- Omicron = ¿Desesperación? Toma las cosas con calma
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Omicron: Toma las cosas con calma y con oración
Bitácora 📝
Hoy es Viernes 07 de Enero de 2022
Hemos llegado al primer día viernes en este nuevo recorrido.
La primer semana está llegando a su fin y han sucedido muchas cosas. Por momentos vienen algunas olas fuertes que nos complican la vida.
Tan sólo hemos navegado los primeros 6 días pero la verdad que ya nos hemos encontrado con varias sacudidas y hemos estado a las corridas.
Lo último que me enteré ayer es que otro marino que anda navegando con su propio barco y a su propio rumbo ahora tiene el mismo virus que está volviendo loco a todo el mundo.
Quiero mucho a este navegante. Lo llevo en el corazón por eso me preocupa que ahora en su embarcación se ha subido esta nueva variante a la que llaman Omicron.
Hace un momento tuve un hermoso encuentro con el Capitán de mi embarcación y le derramé lo que pesa en mi corazón.
Me ha dicho unas pocas palabras parafraseando lo que dice un antiguo salmo que Él mismo dejo inspirado:
"Solo es dichoso aquel hombre que encuentra sus fuerzas en el Señor, aquel que tiene su corazón puesto en los caminos divinos.
Cuando viene el valle de lágrimas lo transforma en una fuente de aguas. Esto ocurre cuando la lluvia llena los estanques" Salmo 84:5-6
¿Estás preocupado?. ¿Estás asustado?. ¡Vamos!... toma las cosas con calma. Respira hondo. Piensa y medita.
Luego de considerar esto, haciendo una buena pausa, es como si el Capitán me dijera:
"Recuerda que debes buscar continuamente mi amistad, yo estoy atento a tu llamado, escucho tu voz cuando me hablas, pero...
¿Me escuchas tú a mi cuando te hablo?
¿Qué es lo que tanto te preocupa?
¿Qué es lo que te tiene asustado?
¿Me escuchas a mí o a los que te hablan desde otro lado?
Considera lo que hemos venido hablando durante los últimos días.
Yo soy el Creador, Yo soy el Señor y tengo todo el control sobre lo que sucede. Aún sobre esto que ahora todos temen. Nada escapa de mi vista.
Créeme que todo esto del COVID hace tiempo que lo vi venir y te aseguro que vendrán cosas peores por eso es necesario que confíes en mí y que me sigas a diario.
No te apresures.
No te aflijas.
Toma las cosas con calma.
Vive tan solo un día a la vez pero siempre tomado de mi mano.
No te olvides de leer mi libro. En él encontrarás muchas instrucciones que debes seguir para sobrevivir, pero además están todas mis promesas que son las que traen fortaleza en momentos de tristeza.
Tienes que saber que yo nunca te he abandonado, no te dejaré solo, siempre estoy aquí tu lado, pero en varias ocasiones eres tú el que se ha alejado. Tú has querido vivir a tu modo y eso te ha lastimado.
Aún así yo de ti no me he apartado. Para mí eres mucho más que un simple navegante, eres mi Hijo amado desde aquel día en que arrodillado me entregaste tu corazón angustiado.
¿Te acuerdas de esa ocasión?
Si, si... lo se, han pasado muchos años desde que me escuchaste por primera vez y obedeciste a mi Palabra.
¡Qué hermoso fue aquel momento! Recuerdo que estabas encerrado en tu propio mundo. Navegando a tu antojo, creyendo que hacías lo correcto. Pensabas que me conocías y hasta intentabas comunicarte conmigo pero jamás me habías pedido que entrara en tu barca. Solo tú conducías tu vida como mejor te parecía y aunque una religión profesabas vivías como querías pecando día tras día.
Pasaron 17 años. Muchas veces me acerqué y te hablé pero seguías andando a tu modo, siguiendo la tradición. Hasta que te encontraste con aquel viejo marino llamado Juan. Un hombre que envié para que te ayudara a entender el Mapa.
¿Recuerdas todas estas cosas?
Aquel marino te entregó una copia de mi libro y en la primer página te escribió algo como lo siguiente:
"Aquí tienes el Mapa.
No consultes otra cosa.
No te guíes por lo que otras personas digan.
Te pueden estar mostrando un camino equivocado.
Consulta solo el Mapa"
Querido Navegante, querido Hijo, sigue el consejo y no te olvides que Mi Libro es el verdadero Mapa que aquel marinero te obsequió, porque lo envié yo.
Recuerda por favor que todas las veces que me prestaste atención y seguiste mi consejo pudiste avanzar sobre las olas y superar todas las tormentas.
Si en la situación actual dejas de confiar en mí Palabra y llenas tu mente con pensamientos extraños o ideas engañosas puedes terminar alejado o estrellado contra alguna roca. No te olvides que también hay enemigos en el mar que te quieren ver naufragar.
No te duermas. Se vigilante.
Hoy necesitas detenerte y volver a pensar en aquel primer día en que me abriste la puerta y me dejaste entrar. ¿Lo recuerdas todavía?
Fue tan solo una Palabra que de mi boca salió y la aceptaste con todo tu corazón. Me escuchaste me creíste y eso hizo la diferencia.
Aquel domingo 3 de Septiembre, cuando eras tan solo un jovencito, viniste a mi así como estabas, sucio, lleno de orgullo, golpeado por las circunstancias y llevando una pesada carga. Ese día escuchaste cuando repetí mi llamado y te volviste a mi de inmediato.
Hoy te repito mis Palabras de otra manera para que las compartas con quién tú quieras pues mi llamado sigue vigente para toda la gente:
"Vengan a mi todos los que ahora están cansados, agotados y cargados, y yo les daré un verdadero descanso.
Agachen la cabeza, lleven mi yugo, acepten lo que les enseño, aprendan de mi, yo soy manso y humilde de corazón y si vienen a mi les aseguro que sus almas hallarán descanso. Mi yugo es liviano, es fácil de llevar y mi carga es ligera no les va a incomodar" Mateo 11:28-30
Hasta aquí escribo lo que en mi interior el Capitán me habló esta mañana. En verdad que su Palabra me trae verdadera calma y mi vida cambió desde aquel día en que le entregué el mando de mi embarcación.
Con respecto a la situación con este famoso virus que ahora llaman Omicron quiero escribir las palabras del Salmo 34:7 al 10 pero lo adapto a mi manera:
"El ángel del Señor navega alrededor de aquellos que le temen y Él mismo es quien los protege.
Oh, por favor, les recomiendo que gusten y comprueben cuán bueno es el Señor.
Es dichoso todo aquel que solo confía en Él.
Ustedes, todos aquellos que ahora ya le pertenecen, recuerden que son sus santos, sus escogidos, ustedes han sido apartados para Él por eso estén tranquilos. Nada les falta a los que al Señor temen.
Hasta los leoncillos, hijos del rey de la selva, necesitan alimento y tienen hambre, pero aquellos que buscan al Señor, el Rey del Universo, esos que confían en Él no tendrán falta de ningún bien.
Dejo aquí la Bitácora de hoy.
Naveguen con el Señor.
Gerwuer
Para los que siguen con la lectura de todo el Libro en un año: Hoy Génesis 19 al 21
Doy gracias infinitas Dios, por poner en tu corazón German estas palabras de aliento, LA PALABRA DE DIOS, es de gran edificación para mi vida. Que el Señor te siga guiando en su propósito. Bendiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras que en verdad me animan. Dios te bendiga también. No me figura tu nombre. Gracias nuevamente y a seguir navegando.
EliminarErmoso el consejo que nos dio hoy el Capitán
ResponderEliminarMuchas Gracias por dejar tu comentario. Sigamos siempre lo que El Capitán dice. Eso es lo más seguro para todos.
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