Día 15 - La única manera de aprobar el Exámen Final.

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Bitácora 📝
Sábado 15 de Enero de 2022
Hoy termina la segunda semana.  
El viaje apenas ha comenzado. 

Mañana nos volveremos a reunir para cantar y dar gracias, pero sobre todo, para escuchar lo que nos quiere enseñar el Capitán.

Hoy es necesario salir a trabajar, mañana podemos volver a descansar.

Pensando en la prueba de ayer debo decir que fue muy difícil, todos nerviosos y ansiosos pero ¿sabes qué?... ya pasó. Lo que tanto nos atormentaba ya no está. 

Cuando venga la hora de la prueba recuerda que: 
"Todo pasa, ¿ y esto? ... esto también pasará"

Así son casi todas las pruebas. Llegan una mañana y nos complican, nos comprimen, nos cargan el corazón, pero luego de un tiempo, desaparecen, se marchan, terminan.

En nuestro caso particular tendremos el resultado final luego de varias semanas. 

Si, si... lo se... es algo extraño, tenemos que esperar bastante para que nos digan si hemos hecho bien las cosas. Por ahora no sabemos cómo nos fué, pero lo bueno es que está prueba ya pasó. Ahora debemos seguir avanzando. 

En muchas de las pruebas de la vida nos ocurre lo mismo. Se puede decir que todo el tiempo estamos siendo evaluados.

Nosotros somos los que decidimos frente a cada situación cómo responder, cómo actuar, qué contestar, qué hacer. 

El resultado de cada prueba lo veremos al final. Cuando crucemos a la otra rivera en esa pequeña barca de madera que a todos nos espera.

Comparto ahora algunos detalles que considero muy interesante sobre la prueba que tuvimos ayer.

Primero se nos dijo que debíamos ingresar a una sala sin llevar nuestros propios materiales. Ya todo estaba preparado para recibirnos.

A cada uno se nos entregó tan solo una hoja, una goma y un lápiz. Este exámen no se puede escribir con tinta.

Por otra parte a todos se nos concedió un tiempo determinado para escuchar, leer, escribir y responder y además controlar, corregir borrar y volver a escribir.

Creo que la siguiente sería una muy buena advertencia que se podría dar antes de una evaluación:

 "Presten mucha atención, pueden corregir un error, pero no se olviden que el tiempo sigue corriendo y cuando la hora se termina ya no hay oportunidad de hacer nada más. Cuando llega el momento de entregar la hoja ya no se admiten correcciones, de nada sirven los lamentos si no se hicieron las cosas bien y a tiempo."

Obviamente, salvando las diferencias, podemos comparar todo esto con nuestra vida. 

En un sentido, digamos que todos entramos al mundo sin nada. Ya nos están esperando en una gran sala. Tenemos un tiempo para escribir en una hoja, se nos da un lápiz y una goma.

Desde que nacemos aprendemos muchas lecciones, se nos dice que hagamos buena letra, que no cometamos faltas o errores y mientras vivimos somos probados de varias maneras. 

Cuando se nos termina el tiempo, debemos entregar la hoja y ya no podemos hacer cambios. 

Nadie sabe el resultado, si es que seremos aprobados. Solo el Maestro es el que pone la nota al final.

Me detengo ahora por un momento para hacer la lectura del Gran libro en Génesis 2:16-17 

"Entonces Dios, el Señor, habló al hombre y le dejó este mandato diciendo:

"Puedes comer de todo árbol que encuentres en el huerto, pero nunca comerás del árbol de la ciencia del bien y del mal; porque el día que comas de su fruto te aseguro que morirás"

Tan solo dos versículos con un solo mandato específico. Nada complicado. Un solo punto en el que el primer hombre sería evaluado y probado.

El requisito es claro:
Absoluta obediencia a la Palabra de su Creador.
"No puedes comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal porque te irá muy mal, pero si puedes disfrutar de todo lo demás.'

No mires lo único que te falta. Concéntrate en lo mucho que sí tienes y que puedes utilizar para satisfacer tu necesidad. 

Si fracasamos en creer y obedecer la Palabra del Capitán y no usamos a tiempo el único instrumento que nos ha dejado para borrar lo que hicimos mal entonces al final veremos que el resultado no es el esperado. No saldremos aprobados. Pero en este caso ya no existe una segunda oportunidad.

Se podría decir que la única goma para borrar nuestros errores, nuestros pecados y todos nuestros fallos es la Sangre de Jesús, el que murió en la cruz y resucitó al tercer día para darnos una nueva vida.

Pero, por más que confesemos nuestros pecados y nos esforcemos por hacer buena letra:

¿Cómo podemos saber con toda certeza que nuestro exámen final será aprobado? 

¿Qué pasa si en el último minuto cometimos un error grave y no lo borramos a tiempo?

Por mucho tiempo tuve la idea que debía esforzarme, no cometer errores, no engañar, no pecar si quería ser aprobado al final. 

Por este motivo iba a la Iglesia cada domingo, confesaba mis pecados para que fueran borrados. Hacía sacrificios y procesiones, como hacen muchas religiones. Resaba también mis oraciones, pero nunca dejaba de cometer errores.

En verdad quería hacer buena letra. Pero mi hoja ya tenía tantas manchas acumuladas. Tantos "Borrones" que se veía muy desprolija.

La vida era una lucha constante. Inseguridad frente a la hora de entregar esa hoja del exámen porque sabía que tenía muchas faltas.

Un día supe que había una sola forma de ser aprobado al final:

Debía reconocer que yo no podía hacer las cosas bien, por lo tanto la única alternativa era aceptar la hoja de vida con la Mejor Nota que otra persona me ofrecía. No sería mío el mérito, pero por lo menos estaría a salvo cuando llegara el momento. 

Lo que hice fue creer y aceptar la Hoja con las Buenas Notas del Maestro, por eso se que seré aprobado.

En verdad todos nuestros exámenes tienen muchos errores y nunca hubo, no hay, ni tampoco habrá un solo ser humano, un alumno, que salga aprobado por sus propia capacidad o sus esfuerzos.

Todos hemos pecado. No hay ni siquiera uno que pueda asegurar que no ha cometido errores o faltas a lo largo de su vida.

Pero déjame que te cuente la buena noticia:

El Maestro vino, rindió el exámen por completo y lo clavó en un madero diciendo: 

"Ya todo está aprobado, terminado, consumado" 

El obtuvo la mejor nota y ha dicho a todo aquel que quiera y que crea, que venga humillado hasta Él y acepte por fe la evaluación que Él ofrece.

Debemos aceptar la hoja del Maestro para ser aprobados al final.

Esto quiere decir que si tú tienes el anhelo de ser aprobado. Si tienes sed de agradar a Dios, hay una sola manera de alcanzarlo y es viniendo a Jesús. Aceptando su obra completa en la Cruz.

Debes creer esta verdad: 

"El Maestro ya completó la prueba en tu lugar." 

Tú solo asegúrate de entregar esa hoja del exámen cuando tu tiempo se acabe, de lo contrario estás perdido.

Solo quienes creen en Jesús y le reciben por la fe son los que aprueban completamente la evaluación.

Sigue usando la goma por ahora y corrige con la sangre de Jesús esa cosas que haces mal, pero al final solo recuerda que quienes presenten la prueba escrita por el Maestro con su propia Sangre son los que saldrán aprobados.

Hasta la próxima.
Gerwuer

Lectura anual: Génesis 45 al 47 

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