Palabras finales de un viejo colega

Bitácora de un colega que se ha ido.

En esta mañana el Capitán del Barco me ha compartido un mensaje escrito por otro marinero que ya se ha ido.

En su bitácora escribió algo que me impactó. Es tremendo observar cómo sus palabras se han cumplido.

Se bien que mañana comenzaremos un nuevo recorrido y veo la necesidad de volver a expresar con mis propias palabras lo que aquel compañero dejó escrito.

Por supuesto que estas son las mismas cosas que el Capitán ya nos ha enseñado muchas veces pero, siendo honesto, las he olvidado y las he descuidado. 

Aquel viejo marinero es conocido como el Apóstol Pablo, hoy he leído la segunda Carta que le escribió a otro colaborador, un tal Timoteo. Me he detenido en el capítulo 4 versículos 1 al 7.

Me veo en la obligación de compartir este mensaje y escribo esta exhortación que todos los tripulantes debemos seguir con atención.

Esto es algo por lo cual necesitamos pedir ayuda constantemente para poder cumplirlo de manera eficaz y diligente:

La exhortación es la siguiente. 

Querido hermano

“Delante de Dios y del Señor Jesucristo, quien, en aquel día final, cuando se manifieste en su Gloria y en su Reino, juzgará a los que están vivos y a los que están muertos, ahora te pido encarecidamente, que prediques tan solo La Palabra; que la acerques y la presentes a tiempo y fuera de tiempo, que insistas, que convenzas, que amonestes y exijas, que exhortes y corrijas con mucha paciencia y con la verdadera doctrina porque aún vienen momentos muy peligrosos.
 
En los tiempos que se avecinan la gente no soportará la sana doctrina sino más bien, teniendo gran deseo de saber y escuchar, seguirán cualquier engaño que les enseñará un extraño.

Seguirán llegando a montones otros maestros mentirosos que siguen sus propios deseos y su codicia.

Se verán por todas partes personas que no siguen la verdad. 
Muchos ya se apartan para seguir cualquier vanidad y se vuelven a fábulas y cuentos llenos de maldad.

Querido hermano mantente sobrio. Soporta la tormenta. 
Resiste el vendaval.
Sigue con la tarea de difundir el evangelio. Se luz y sal.

Cumple con tu ministerio.
Yo estoy a punto de partir en mi viaje final.
He cumplido la tarea que me encargó el Capitán. He guardado el tesoro como se guarda el oro.

Ahora te toca a tí seguir en mi lugar.

Hasta aquí la exhortación de este viejo colega.
Ahora estoy animado y quisiera tener todo el valor necesario para poder aplicarlo cada día de este nuevo año.

Te deseo un buen viaje.
Recuerda mantenerte sobrio y vigilante. 


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