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¿Amar a Dios con todas mis fuerzas? ¿Es posible seguir amando a Dios aún cuando veo que no responde a mi oración?

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  “Y amarás al SEÑOR tu Dios con... TODAS tus fuerzas”.  (Deuteronomio 6:5) “Debemos seguir amando a Dios con todas nuestras fuerzas, incluso cuando sentimos que no nos quedan fuerzas”. Gerwuer En esta mañana me ha tocado leer aquel conocido versículo donde Dios nos dice que lo debemos amar con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma pero además agrega que lo debemos amar con TODAS nuestras fuerzas. «Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.» (Deuteronomio 6:5) ¿Amar a Dios con todas mis fuerzas? ¿Es posible seguir amando a Dios aún cuando veo que no responde a mi oración? Hay situaciones en la vida donde sentimos que las fuerzas nos abandonan. Hay aflicciones que nos destrozan el corazón. Hay pruebas que nos desgarran el alma. Solo aquel que está atravesando por una tormenta espantosa puede entender lo difícil que es seguir en pie, con la mirada puesta en el cielo, cuando aquí abajo se nos sacude el suelo. Mientras en mi vida todo

No te rindas. Espera y confía.

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  “Respondió Jesús y le dijo:  Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.” (Juan 13:7) Mi querido marinero, nunca abandones los remos, aunque el viento contrario sea extremo. No abandones tu misión, aunque sea difícil la situación. Tal vez, más de una vez, se te escape el pez, pero no dejes de tirar la red. Sigue avanzando por fe. Nunca te olvides que vamos a fracasar en más de una ocasión, a pesar de tener la mejor intención, pero no por eso debemos dejar de intentar con la misma pasión. Si estás en medio del dolor piensa en Job, en José, en Daniel y tantos más que por fe soportaron la adversidad. Luego atrévete a decir:  «Señor, confío en ti. Lo que estoy viviendo me desconcierta. No lo entiendo.   No veo salida. No veo solución. No me agrada esta situación, pero seguiré confiando que tienes todo bajo control.» A menudo, lo que para nosotros no tiene ningún sentido, para Dios tienen un buen motivo. Incluso aquello que para nosotros se ve muy mal, Dios en su